Aunque es imposible escapar a este sentimiento, se puede aprender a gestionar la frustración y aceptar que las cosas no siempre van a resultar como a nosotros nos gustaría

Por Ana María Reynoso 

 El concepto de frustración en su definición es el sentimiento que se produce en una persona cuando no puede satisfacer un deseo. Frente a este tipo de situaciones, el individuo suele reaccionar de manera emocional con expresiones de ira, ansiedad o disforia.

Aunque es imposible escapar a este sentimiento, se puede aprender a gestionar la frustración y aceptar que las cosas no siempre van a resultar como a nosotros nos gustaría.

Existen también personas con baja tolerancia a la frustración.  Son sujetos que tienen dificultad  para controlar sus emociones, tienen predisposición a desarrollar ansiedad o depresión, son muy poco flexibles.

Un individuo con estas características por lo general tiene tendencias a desmotivarse con algún obstáculo que se le presente en su vida, puede que opte por el chantaje emocional para intentar conseguir lo que quiere.

Actualmente vivimos en una sociedad de consumo y la frustración puede provenir de no tener acceso a la tecnología, o en las personas que suelen comparar sus vidas con las de otros, al ver que no logran esa falsa perfección que muchas personas publican en sus redes sociales.

 

Gestiona tu frustración

A continuación, algunos consejos para aprender a gestionar la frustración:

-No busques la perfección, ya que no existe.

-Promueve la autoestima saludable.

-Se una persona positiva contigo mismo y con el resto.

-Reconoce tus errores para poder avanzar y afrontar mejor una circunstancia.

-Ten una ruta alterna y no pienses que todo debe de salir bien al primer intento.

 

La consecuencia

Una frustración mal gestionada traerá como consecuencias lo siguiente:

Ansiedad. Cuando nos genera ansiedad actuaremos con impaciencia y con conductas repetitivas.

Proyección. Una frustración puede ser proyectada en nuestro entorno de forma inadecuada.

Evasión. Se trata de una sensación de fracaso, y provoca el abandono del objetivo que se ha marcado.

Imitación. Muchas veces hay personas que tratan de imitar al resto para conseguir lo mismo que ellos, a la larga se perderá identidad, nada mejor que ser uno mismo.

Presión. Es la sensación de sentir que no se podrá lograr una meta.

Sustitución. Cuando no somos capaces de realizar una actividad y la cambiamos por otra.

Agresión. Las conductas agresivas son muy notorias en personas con alta frustración.

Si tú o alguna persona cercana a tu entorno está pasando por una frustración mal gestionada, no dudes en buscar ayuda profesional, ya que esto puede derivar en un problema psicológico mayor.

 

“Utiliza tu frustración y conviértela en inspiración”

Ismael Cala

 

*La autora es psicoterapeuta con un enfoque Psicoanalítico

 

CORREO

Areynoso50@hotmail.com

Espera un momento…

0