El consumo de azúcar puede ser un predisponente para elevar la ansiedad en las personas, por lo que se debe comenzar a trabajar en una ingesta moderada de este nutriente principalmente de azúcares añadidos y darle preferencia al consumo de frutas y jugos naturales

Por Dr. Victor Alexander Quintana López

 

El azúcar es un nutriente que aporta energía (en forma de calorías) a partir de los alimentos y bebidas que consumimos. Actualmente este nutriente tiene un papel importante en la dieta de las sociedades actuales, encontrándose en aproximadamente el 75 % de los alimentos envasados. 

Este nutriente es reconocido por su sabor, sus propiedades edulcorantes especiales y su papel en la conservación de los alimentos. Sin embargo, hay que resaltar que su alto consumo se ha relacionado con enfermedades no transmisibles y muchos problemas de salud, como alto riesgo de caries dental, sobrepeso y trastornos del neurodesarrollo en los niños.  Por estos problemas relacionados es que se debe hacer énfasis en los programas de salud que promuevan el consumo moderado de azúcar.

 

Azúcares naturales vs azúcares añadidos

Es importante distinguir las clasificaciones que se le dan hoy en día a los azúcares de acuerdo con la forma en la que los consumimos. Una de las distinciones más relevantes en lo que respecta a la salud, es sobre si se encuentran naturalmente en alimentos como frutas, verduras y lácteos, o si son azúcares añadidos, es decir, que se agregan a los alimentos y bebidas durante la fabricación, el procesamiento o la preparación. 

En ese sentido, es común encontrarnos en el dilema si consumir frutas es “bueno” o “malo” por el contenido de azúcar que estas tienen. Sin embargo, el azúcar que contienen las frutas se denomina “fructosa” y para la mayoría de las personas, consumir azúcares naturales como este no está relacionado con efectos negativos para la salud, ya que la cantidad de azúcar tiende a ser modesta y está «envasada» con fibra y otros nutrientes saludables. 

Por otro lado, el azúcar “añadido” en productos si son los que se han relacionado con aumento de peso corporal y enfermedades crónicas (Centers for Disease Control and Prevention). Especialmente las bebidas azucaradas son la mayor fuente de azúcares añadidos en la dieta, seguidas de los dulces y otros productos como galletas o pan. 

 

Recomendaciones del consumo de azúcar 

Ante el riesgo del consumo de azúcares añadidos, la Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcares debe representar menos del 10% de la ingesta calórica total diaria, es decir, de todo lo que se consume en un día. Sin embargo, también hace énfasis en que si el consumo se reduce a menos del 5% se pueden obtener beneficios adicionales en la salud. 

Estas recomendaciones se aplican para el total de azúcares consumidos. La recomendación de consumo de un 5% del consumo total en un día, equivale a aproximadamente 25 gramos o lo que sería igual a máximo 6 cucharaditas al día para un adulto con peso corporal normal. De este modo, si se tiene un diagnóstico de sobrepeso u obesidad es importante acudir con un profesional de la nutrición para establecer los límites de consumo diario de azúcar.

 

¿Cómo se relaciona con mis niveles de ansiedad?

La ansiedad se manifiesta como un estado de ánimo que está orientado al futuro y consiste en una compleja respuesta cognitiva, afectiva, fisiológica y de comportamiento relacionada con la preparación para circunstancias percibidas como amenazantes. 

Se habla de ansiedad patológica cuando hay una sobreestimación de la amenaza percibida o una evaluación errónea del peligro de una situación que conduce a respuestas excesivas e inapropiadas. 

Actualmente, este es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes, pero se desconoce su verdadera prevalencia, ya que muchas personas no buscan ayuda o es difícil establecer el diagnóstico. Sin embargo, se han establecido algunos factores que pueden predisponer a padecer mayores niveles de ansiedad.

Entre los factores relacionados con mayores niveles de ansiedad se encuentra el uso de medicamentos, abuso de sustancias, experiencias de la infancia, entre otros. Así mismo, en los últimos años algunas investigaciones han relacionado algunos aspectos de la dieta con los niveles de ansiedad. 

Específicamente, el consumo de alimentos procesados y altos en azúcar se relaciona con un mayor cambio en los niveles de glucosa en sangre, por lo que puede generar un mayor nivel de ansiedad. Los niveles bajos o altos de azúcar en sangre, la mala hidratación, el consumo de alcohol, cafeína y fumar pueden precipitar o imitar los síntomas de ansiedad.

 

Azúcares añadidos

En un estudio realizado en Francia, se comparó el consumo de azúcar entre personas que tenían niveles altos de ansiedad respecto a quienes presentaban niveles bajos de ansiedad. Los investigadores encontraron que las personas con mucha ansiedad tenían un consumo mayor de azúcares añadidos (galletas, bebidas azucaradas u otros productos procesados y consumo menor de fruta en comparación con las personas con baja ansiedad.

Todo lo anterior refleja cómo el consumo de azúcar puede ser un predisponente para elevar la ansiedad en las personas, por lo que se debe comenzar a trabajar en una ingesta moderada de este nutriente principalmente de azúcares añadidos y darle preferencia al consumo de frutas y jugos naturales. Todo esto aunado a actividades de relajación como la meditación o la actividad física de manera regular.  

 

El autor es profesor investigador de la Facultad de Medicina Mexicali de la Universidad Autónoma de Baja California

 

Contacto

vquintana@uabc.edu.mx

 

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