Cerrar ciclos no significa olvidar, negar o anular lo que hemos vivido. Significa darnos el espacio para integrar cada experiencia como un ladrillo en nuestra construcción personal, comprendiendo su valor y permitiendo que se convierta en sabiduría.

Por Adriana Reid

Durante este año, en cada artículo, hemos cuestionado y resignificado frases que, repetidas casi sin pensarlo, han moldeado nuestra percepción y nuestras respuestas ante la vida. Al concluir este ciclo de artículos y el año que lo acompaña, quiero invitarte a reflexionar sobre una idea fundamental: ¿es realmente necesario “cerrar” para “dejar ir”?

Vivimos en una cultura que nos invita a «cerrar ciclos», «terminar capítulos» o «dar vuelta a la página». La intención detrás de estas frases es positiva, pero a veces pueden llevarnos a creer que cerrar un ciclo es un acto definitivo, casi como si selláramos una caja y dejáramos atrás su contenido, sin que tenga influencia alguna sobre nosotros. Sin embargo, la realidad emocional es mucho más compleja. ¿Y si el verdadero cierre no consiste en un «fin», sino en una integración?

  1. Krishnamurti decía que «no es el tiempo el que sana, sino la comprensión profunda de lo que somos». Esto nos recuerda que no necesitamos clausurar cada experiencia o relación de nuestra vida, sino observar lo que cada una de ellas aporta, cómo se transforman dentro de nosotros y qué hemos aprendido de ellas.

 

Una invitación a reinterpretar el «cierre»

Cerrar ciclos no significa olvidar, negar o anular lo que hemos vivido. Significa darnos el espacio para integrar cada experiencia como un ladrillo en nuestra construcción personal, comprendiendo su valor y permitiendo que se convierta en sabiduría. Este diciembre, en lugar de pensar en el cierre de año como una necesidad de “dejar atrás”, te propongo verlo como un momento de integración y reflexión sobre aquello que elegimos llevar con nosotros y cómo lo llevaremos.

Preguntas para tu caja de herramientas:

  1. ¿Qué experiencias de este año han cambiado la forma en que me veo a mí mismo o a los demás?
  2. ¿Estoy tratando de «cerrar» algún capítulo que en realidad necesita tiempo para asimilarse e integrarse en mi vida?

 

Práctica de integración: honra cada paso del camino

Te comparto una pequeña práctica que puede ayudarte a reflexionar sobre este proceso de integración. Tómate unos minutos para ti, y sigue estos pasos:

  1. Respira profundamente. Inhala y exhala despacio. La respiración consciente te ayuda a conectar con el presente y a suavizar la intensidad de los pensamientos sobre el pasado o el futuro.
  2. Haz un recuento de tus experiencias del año, especialmente aquellas que aún resuenan contigo. Permítete recordar sin juicio, observando qué emociones surgen sin tratar de “cerrarlas” ni categorizarlas.
  3. Escribe una carta a tu año. En esta carta, expresa gratitud, reconoce los retos y escribe cómo piensas integrar todo lo vivido. Recuerda que el objetivo no es “cerrar”, sino darle un lugar en tu historia de manera consciente y armónica.

Te propongo, entonces, que este fin de año sea una oportunidad para observar con amabilidad, aceptar y honrar cada experiencia como parte de quien eres hoy. Si te sientes preparado para dar estos pasos y necesitas acompañamiento, no dudes en escribirnos a info@be2be-coaching.com con el asunto «Quiero suscribirme/diciembre2024”.

 

Espera un momento…

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