Enfrentar las dificultades con una «buena cara» no significa ignorar o reprimir nuestras emociones, sino reconocerlas, aceptarlas y elegir conscientemente cómo manejarlas. Esto nos ayuda a reducir el estrés, mejorar nuestro bienestar emocional y encontrar soluciones más efectivas a las circunstancias de la vida.
Por Adriana Reid
Esta serie busca generar el hábito de cuestionar, reinterpretar y explorar los usos y costumbres de las palabras, frases o dichos populares que han dado y siguen dando significado a nuestras experiencias.
Los refranes, parte integral de la sabiduría popular, transmiten lecciones valiosas y consejos prácticos de generación en generación. Aunque estos pequeños fragmentos de sabiduría encapsulan verdades universales y pueden ofrecer una guía para navegar las complejidades de la vida, también pueden generar una predisposición que asume significados y bloquea el discernimiento.
Te invito a generar nuevas perspectivas a la hora de resignificar y adaptar tu lenguaje a tus circunstancias actuales, lo cual implica no solo comprender su mensaje original, sino también reinterpretarlo de manera que tenga relevancia y resonancia en tu día a día.
Nuestra frase de este mes: «Al mal tiempo, buena cara»
En su sentido literal, se puede interpretar que cuando hay mal tiempo atmosférico, lo mejor es mostrar una cara sonriente para evitar que el estado del clima nos arruine el día. En este sentido, el poder de la actitud gira en torno a la idea de la conformidad o el temple ante la adversidad, independientemente de las circunstancias.
Aunque no podemos controlar lo que nos sucede, sí podemos elegir cómo reaccionamos ante ello. En el contexto de la salud mental, esta frase nos recuerda la importancia de mantener una actitud positiva y resiliente en nuestro día a día.
Aceptar y gestionar nuestras reacciones
¡Cuidado con utilizar la actitud como bypass emocional!
Enfrentar las dificultades con una «buena cara» no significa ignorar o reprimir nuestras emociones, sino reconocerlas, aceptarlas y elegir conscientemente cómo manejarlas. Esto nos ayuda a reducir el estrés, mejorar nuestro bienestar emocional y encontrar soluciones más efectivas a las circunstancias de la vida.
Para tu caja de herramientas
- Practica la gratitud: siempre, siempre hay algo que agradecer.
- Desarrolla la resiliencia: la forma más fácil de darte cuenta de que ya eres resiliente, es hacer una línea de tiempo y revisar cómo todos los problemas que has tenido que enfrentar, en algún momento, si los integras en sabiduría, se convirtieron en oportunidades de crecimiento.
- Cuida tu salud mental y física: establece rutinas de autocuidado que incluyan ejercicio físico, alimentación balanceada y prácticas de relajación como la meditación o el yoga.
- Acepta tus emociones: date permiso de sentir y expresar tus emociones sin juzgarlas. Reconoce que es normal sentirse mal a veces y que todas las emociones son válidas.
Haz una pausa y respira
Cuando te enfrentes a una situación difícil, haz una pausa y respira profundo, esto te ayudará a calmarte y a tomar decisiones más conscientes. Acepta lo que está fuera de tu control y enfócate en lo único que si puedes cambiar: tu actitud y tus acciones.
Al adoptar esta mentalidad, reduces el impacto del estrés en tu vida.
Si sientes que luchas con tus emociones, no dudes en buscar ayuda profesional. Si deseas explorar más sobre este tema, quieres proponer algún refrán o unirte a nuestra lista de distribución, escríbenos a info@be2be-coaching.com con el asunto: «Quiero suscribirme/agosto2024».