Es importante establecer estrategias que ayuden a abordar las tensiones, saber qué genera conflicto y conciliar los acuerdos para distribuir las tareas, revisando y ajustando cada cierto tiempo para que sea equitativo.

Por Maru Lozano

Esencial saber gestionar las emociones y los conflictos en casa.  Necesitamos convivir saludablemente y esto no quiere decir que jamás habrá tensión.

Gestionar las emociones es saber nombrar lo que sentimos, identificar la necesidad real -no la necedad- y expresar de manera que sirva.

Cada vez que haya momento de expresar, no es momento de juzgar, corregir, etc., es solo momento en el que tú como mamá escuches.  Solo hay cinco emociones básicas, con las cuales nacemos: miedo, tristeza, enojo, amor y alegría.  Ve ubicando el opuesto de cada uno: tranquilidad, júbilo,  calma, odio, pesimismo.

Aprende a escuchar

Lo primero es escuchar y dejar que se desahogue.  Enseguida orientar para que identifique la emoción que está sintiendo.  Una vez hecho esto, reflejarle como si fueras un espejo lo que dijo, sin imitarlo, pero usando antónimos o sinónimos para que se escuche a través de ti.  Por ejemplo: “Me choca que no me hagan caso…”  “Claro, entiendo que es muy molesto que te hayan ignorado, se siente enojo ¿verdad?”  “¿Cómo podrías sentirte más calmado y satisfecho…?  Ayudarle a expresar y comunicar lo que siente, pero sobre todo a hacerse responsable de su bienestar, es decir, si alguien en casa lo hizo enojar, entonces sentarse a dialogar.  

Cuando un hermano le hizo algo al otro, uno empieza narrando, el adulto repite el relato con la técnica espejo que acabamos de ver, se da paso a escuchar al otro hermano e igualmente, repetir lo que relató. Enseguida se pregunta al primero cómo se sintió, se refleja y al otro igual. 

Que tú como adulto procures que no se interrumpa cuando alguien habla, es importantísimo. El adulto pregunta al primer hermano qué propone, se refleja y lo mismo al otro.  El adulto ayuda a llegar al acuerdo que ellos mismos han propuesto y se pregunta a cada uno si a eso que han acordado se comprometen.

Nadie cumple a cabalidad una orden unilateral impuesta por la autoridad, pero si ellos mismos acordaron sus normas de convivencia, lo más seguro es que sí se comprometan a llevarla a cabo.

Establece estrategias

Es importante establecer estrategias que ayuden a abordar las tensiones, saber qué genera conflicto y conciliar los acuerdos para distribuir las tareas, revisando y ajustando cada cierto tiempo para que sea equitativo.

Es importante escuchar activamente a todos y tratar de entender su punto de vista, esto puede ayudar a evitar malentendidos y conflictos innecesarios.

También, comunicarse de manera efectiva y expresar los sentimientos de manera clara y respetuosa ayuda a contener.  Que todos sepan que en casa se puede desahogar y contar con el apoyo emocional.

Siempre buscar soluciones juntos y trabajar en familia para resolver el conflicto. Esto puede ayudar a fortalecer la relación y evitar que el problema se convierta en una situación más grave.

La inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y ajenas, fomentarla en la familia puede ayudar a tener un hogar donde reine la seguridad, confianza y la comunicación.  Para esto:

-Brinda caricias emocionales.

-Establece rutinas diarias.

-Enseña a identificar las emociones, prohibido decir: “bien o mal”, ¡hay que nombrarla!

-Enseña a expresar sus emociones adecuadamente, es decir, regular la alegría y el amor para no irse a los extremos, dar minutos para asentar y alivianar la intensidad del miedo, enojo y tristeza y dar paso a la reflexión y solución.

El ejemplo que vean y escuchen de ti será fundamental.  Enséñales a escribir lo que sienten, procurar tiempo de expresión artística de alguna manera como la pintura, la música, etc.  Todo lo que abone a la formación de su personalidad, ¡vale la pena!

 

Espera un momento…

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