Por Lorena Flores
En esta ocasión les voy a hablar sobre el proceso para la obtención de la residencia en Estados Unidos, un trámite que suele ser muy común, sobre todo en nuestra región. Primeramente, debemos saber que la residencia permanente es diferente a la ciudadanía porque, de cierta forma, se está limitado a ciertos derechos en el país vecino, por ejemplo, si eres residente no puedes ejercer el voto.
Más del 60% de los procesos para la residencia que se aplican son por peticiones familiares, y son dos las maneras de llevarlo a cabo: en territorio mexicano o dentro de Estados Unidos, esta última opción es más práctica debido a que estando ahí el trámite suele ser más fluido. ¿Quién puede aplicar para un proceso? Un esposo, esposa o un hijo mayor a 21 años por mencionar algunos.
Al iniciar el proceso el primer paso es llenar el Formulario i-130 que es un requisito clave, ya que es el documento que establece la relación familiar entre el peticionario y el beneficiario. Otros formularios que también se deberán llenar es el de ajuste de estatutos, así como los formularios de empleo y el médico. Si todo el proceso va en orden te llegará un permiso de trabajo, seguro social provisional y se te otorgará una cita para la captación de huellas. Uno de los principales motivos para que el trámite sea negado es si se tuvo un mal récord infringiendo una ley migratoria o aduanera, sin embargo, una vez concluido el tiempo de castigo se puede intentar otra vez o calificar a presentar un perdón.
Solicitar la residencia en un país como Estados Unidos puede ser desafiante y tardado, pero teniendo la asesoría adecuada el proceso es más seguro y llevadero. Lo más recomendable siempre será consultar a un abogado de inmigración o acudir con las autoridades pertinentes para obtener la información actualizada sobre este proceso tan deseado.
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