Por Natalia Monroy

 En el Perfil y Obra de esta edición te presentamos el trabajo de Tona Ortega, un artista plástico que busca exponer con sus obras todo aquello que le genere curiosidad y que le permita explorar, en su trabajo podemos ver desde retratos hasta paisajes, pasando también por lo más abstracto y subjetivo. Nació hace 37 años en la Ciudad de México, es arquitecto de profesión por la Universidad Autónoma Metropolitana, pero desde que era adolescente comenzó sus estudios en el arte, pues estaba seguro que quería dedicarse a esto. Recuerda ser el niño que se la pasaba dibujando en sus apuntes mientras estaba en la escuela, dibujaba casas, parques, edificios y hasta zoológicos. Estaba convencido que quería diseñar y construir, pero también crear obras y exponer en museos.

Por muchos años, cursó múltiples talleres en varias de las casas de la cultura que se encuentran en Coyoacán, una de las zonas más culturales y artísticas que hay en la capital del país. Fue en 2003 cuando conoce al pintor y grabador mexicano Humberto Valdez, quien fue su mentor, y en ese tiempo formó parte del Taller Imagen del Rinoceronte, el TIR, uno de los talleres de gráfica más importantes del país, ya que además de pintura también se dedica a hacer grabado y escultura.

En esta entrevista, nos cuenta un poco más sobre su historia y el legado que quiere dejar como artista plástico.

¿Por qué te decidiste por la pintura?

Siempre me gustó dibujar, siempre tuve esa inquietud, aunque muchas personas me decían que del arte no se vive, yo sentía ese interés genuino. Cuando era adolescente, en una visita a un museo, hice un ejercicio mental donde me vi en un futuro siendo cualquier otra cosa menos artista, y pensé en que no quería llegar a esa edad frustrado por no ser lo que yo quería ser. Esa fue la decisión, esto es lo que me gusta y no quiero hacer otra cosa, dije.  

¿Qué reflejan tus obras?

Mis obras reflejan lo que estoy explorando, son introspecciones muy personales de cómo estoy viviendo la vida y cómo me afecta lo que me rodea. Me gusta que lo que haga genere reflexión, que haga ruido y esto no siempre tiene que ser algo cómodo o bonito, sino que me gusta hacer algo distinto. Mis obras hablan de los temas que me inquietan o que quiero explorar por mera curiosidad, no siempre es lo mismo porque no soy un artista que únicamente hace retratos, paisajes o que sólo hace arte abstracto, no tengo  una línea en ese aspecto, sino que dejo que las cosas fluyan y de ahí van mis obras.

¿Qué compromiso tienes como artista?

Definitivamente es hacer un arte pensado, que haga reflexionar a quien lo vea y es que el arte es una de las pocas ramas que nos humaniza ya sea en la pintura, en el diseño, música o literatura, entonces me gusta crear mensajes, porque aunque mi arte sea introspectivo, también busco que tenga una reflexión que le sirva a las personas, que ayude a ver el mundo con otra perspectiva. Siempre tiene que haber un mensaje implícito.  

¿Y cuál dirías que es el momento que te definió como artista?

Han sido varios, pero uno sin duda sería cuando estaba en el TIR y una de mis obras fue seleccionada en la Bienal de Grabado de Carmen Arocena en Valencia, España, fue a mis 18 años y para mí tener ese alcance a esa edad me hizo sentir que iba por buen camino. Después expuse en varias ocasiones en galerías en Ciudad de México y en el extranjero como Chicago y Los Ángeles.

 ¿Cuál te gustaría que fuera tu legado?

Tengo una meta desde que soy adolescente, me gustaría que un día alguien abra un libro y encuentre obras mías, ya sea de arquitectura o de arte, que alguien se tome el tiempo y se interese en estudiar algo que yo haya hecho.

¿Qué proyectos tienes en puerta?

Estoy preparando una exposición de arte que muy posiblemente será en San Diego, es una serie más académica y definida a diferencia de mis últimos trabajos, espero en dos meses tenerla lista. También estoy moviéndome para armar un taller de grabado en Tijuana porque no hay, no hay un taller que sea más abierto al público, sin tener que cumplir un horario, me gustaría que fuera algo parecido al TIR, que sea más al alcance, es un proyecto futuro que tengo en mente.

“El arte es una de las pocas ramas que nos humaniza y es por eso que me gusta hacer un arte pensado que haga reflexionar a quien lo ve”

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