Hoy día, queremos que ya no se limite desarrollarnos en el campo laboral, no vivir discriminadas, violentadas, mucho menos acosadas ni ser víctimas de feminicidio. Y todo esto comienza, como lo dijo Concepción Arenal en 1800´s, con la educación. 

Por Maru Lozano

Desde 2009, hay actualmente un 50.5 % de hombres y un 49.5 % mujeres, según los datos más recientes de la CIA y las Naciones Unidas en 2022.  Casi igualamos el número.

Se ha promovido una supuesta superioridad del hombre sobre la mujer desde la educación que muchos recibimos, y los que nos educaron así o más ruda y tajante lo que literalmente entendían, incluso, desde ciertos pasajes bíblicos.

Si nos vamos al siglo XIX, la mujer era concebida como sumisa y doméstica, según la española Concepción Arenal.  Esta mujer activista escribió en 1869 un libro sobre los derechos de la mujer llamado “La mujer del porvenir” donde analiza cómo vive una mujer sintiéndose inferior y marginada respecto del hombre.  En la página 93 dice: “No puede llamarse armonía el silencio de la mujer” y en la p. 94: “Todo ser se mejora a medida que se instruye y se educa”.  ¡Notemos desde cuándo queremos sobresalir! Y así, sobre esto luchó Concepción, aportando como solución en España la mejora en la educación.

Otro mujerón que luchó y puso el ejemplo fue Marie Curie de nacionalidad francesa, imagínate que ganó dos premios Nobel, uno de física y el otro de química.  Pero si quisieras adentrarte en su mundo como mujer que tuvo que mantener dos hijos de nueve y dos años cuando se quedó viuda, no dejes de leer “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero. 

 

Una gran mujer

Hoy por hoy, no se trata de etiquetar como una “gran mujer” a esa que sufre y sale adelante con mucho dolor a pesar de las circunstancias.  La mujer quiere sentirse plena, útil, productiva y emocionada por vivir experiencias que la hagan trascender en medio de un ambiente afectivo.

No podríamos, sin un excelente guía espiritual, tomar literalmente las palabras que leemos, deberíamos comprender el contexto, la historia, todo. Analicemos un poco, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el «sexo» se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen a varones y mujeres, mientras que el «género» se refiere a las características sociales y culturales asociadas con el sexo. 

¿Por qué luchamos actualmente?

Hoy día, queremos que ya no se limite desarrollarnos en el campo laboral, no vivir discriminadas, violentadas, mucho menos acosadas ni ser víctimas de feminicidio. Y todo esto comienza, como lo dijo Concepción Arenal en 1800´s, con la educación. 

Una mujer informada puede y sabe cómo instruir a las demás.  Muchas asociaciones e instituciones que hablan por la mujer, pelean porque hay elementos que a todas luces dejan ver una inadecuada investigación y sanción de los delitos contra nosotras, lo que hace que no se nos proteja bien en México.

 

¿Has oído hablar de la “sororidad”?

Esta es solidaridad entre mujeres, con afecto y amistad para empoderarnos.  Un montón de mujeres informadas que en cada casa, oficina y escuela promuevan la expresión de los sentimientos, la escucha activa con empatía y la búsqueda de acuerdos ante los conflictos, podría cambiar todo.

Un cúmulo de mujeres sabiendo comunicar y dirigiéndose a la persona adecuada, cambiaría a todos.  Mujeres que en solitario lucharon antes y lograron cosas importantes, hoy puede ser ese grupo al que tú, yo y todas nos unamos y dediquemos un tiempo para fortalecernos. No queremos quitar a nadie, creo que todas queremos simplemente ser personas valoradas, apoyadas, incluidas y queridas.

 

¿Qué nos sirve?

  • Charlas en general. 
  • Capacitación como mediadoras
  • Cultura de la denuncia.
  • No hacer eco del ridículo, desprecio ni humillación.
  • Dar ejemplo repartiendo responsabilidades.
  • Fomento de la productividad.
  • Saber e insistir donde se gestan las leyes.
  • Constancia.

 

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