Por Ana Patricia Valay

 Uno de los mayores placeres de la vida es sin duda, disfrutar detenidamente de un delicioso postre que nos haga olvidar momentáneamente  las presiones y el estrés del día a día, y más aún si lo degustamos en un espacio amplio, acogedor y con el mejor de los servicios y atenciones.

Eso es lo que te ofrece Postrería, el nuevo y único restaurante especializado en “lo dulce” aquí en Tijuana, donde el protagonista indiscutible es el postre y que está ubicado en la innovadora y moderna plaza Península, la que hoy está de moda en esta ciudad fronteriza.

La calidez del lugar y su detallado y perfectamente bien cuidado diseño arquitectónico, así como la decoración, ponen el toque perfecto para crear la atmósfera ideal que permita no sólo disfrutar de un rico postre, sino también de la mejor compañía. 

El encargado de Postrería, que hoy se ha convertido en la más reciente joya gastronómica del grupo Demaj, es el reconocido periodista Pablo Barragán Márquez, quien siempre se ha distinguido por su profesionalismo y trato impecable, además de ser el publirrelacionista de este próspero grupo que bajo el liderazgo de Emmanuel Hernández y Marlene Vera, ha prosperado en la región Tijuana-San Diego, con sus otros restaurantes como Marenca, Moma, Etnía, Baja Nostrum, y Malena

Originalidad y Sabor

El chef sevillano, Jesús Escalera, creador del concepto de Postrería, y quien estuvo en la sucursal aperturando la inclusión de los postres al plato, nos platicó sobre el valor agregado que este concepto da al comensal.

“La principal diferencia que hay entre un postre de pastelería clásica y un postre al plato es la momentaneidad, ¿que significa? que cuando nosotros hacemos un postre para una  vitrina o buffette, lo hacemos con un tiempo de vida relativamente largo; que tenga una estabilidad, que no se derrita, que no se deshaga, que todo se mantenga, pero esa estabilidad tiene un precio: no podemos utilizar tantas elaboraciones como nos gustaría”.

“Lo chulo del postre al plato es esa momentaneidad de que no se monta y en ese momento se sirve, y nos da la oportunidad de juntar texturas que habitualmente no se pueden unir, como una cosa humeda con otra crujiente; jugar con temperaturas: frío-caliente, y sobre todo hacer emplatados más delicados, más sutiles sin que estén tan estables, entonces podemos jugar con acabados mucho más coquetos, mucho más bonitos”.

Este concepto de restaurante no sólo tiene al postre como protagonista, sino que abona hacía una mayor construcción de la “cultura dulce” que cada vez toma más auge a nivel global y donde un postre no tiene forzosamente que ser dulce, sino que puede ser más amargo, más ácido, o incluir notas o ingredientes que no se asocían normalmente al postre, pero que tampoco son salados y que permiten brindar una experiencia singular y diversa al comensal.

La bella iluminación del lugar gracias a los ventanales que permiten una visión panorámica a quien está degustando su postre, así como el fino trato del equipo que lidera, Pablo Barragán es una experiencia que debes conocer, además de que también se ofrecen postres en vitrina, bebidas, y algunos platillos salados.

Segura estoy de que Postrería se convertirá en uno de tus lugares preferidos y consentidos, así como el de tu familia y amigos.

Espera un momento…

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