Si tu niño grita, hace pataletas, golpea, intimida y muestra dificultad para tener empatía, ya podrías entonces empezar a pedir ayuda a un buen psicoterapeuta humanista para que les arme un plan de convivencia efectivo antes de que llegue a la adolescencia y se salga más de control.

Por Maru Lozano

Este mes patrio ya te podrán contar los docentes la apatía que muchos alumnos muestran ante las asambleas escolares. Batallan mucho porque la mayoría de los estudiantes expresa su negativa ante la formación, cierta disciplina, entonar el Himno Nacional, el saludo a la bandera, las efemérides, etc., esto por mencionar algo de lo que se batalla hoy en día con la educación en la escuela y que, por supuesto, viene de casa. Sin embargo, no opines mal frente a tus hijos, ¡no sabes lo eficiente y benéfico que es hacer todo esto durante su desarrollo!

Alumnos hay niños y adolescentes

Comencemos por los niños, esos respondones que ya incluso en casa, ni la mamá ni la abuela los aguantan, no pueden dominar la situación y nuestro “niño emperador” dicta el comportamiento general por encima de todo y de todos.  Ese trastorno de oposición desafiante ha hecho que desde temprana edad, los niños tengan control absoluto de las actividades, selección en televisión, juegos, etc. Son abusadísimos, te pueden contestar que le van a hablar al DIF y a los maestros les amenazan también.  

Si tu niño grita, hace pataletas, golpea, intimida y muestra dificultad para tener empatía, ya podrías entonces empezar a pedir ayuda a un buen psicoterapeuta humanista para que les arme un plan de convivencia efectivo antes de que llegue a la adolescencia y se salga más de control.

Adolescentes emperadores

Cuando tenemos adolescentes emperadores ya sabemos igual que su indiferencia y encierro con sus dispositivos nos tumba.  Tienen más vocabulario y te argumentarán donde más te duele, mandarán igual que de niños, pero ahora agregarán píldoras de desazón al reflejarte tu físico, tu progreso como persona, tus amigos, tus cosas, etc.

Hay mamás que creen que estos comportamientos van a pasar solitos, que algún día entenderán que deben seguir normas, no pasar los límites y serán adaptables.  En realidad son tendientes a vivir con enojo y emociones negativas por el nivel de estrés y ansiedad mantenido y sostenido por mucho tiempo.

Aprende a decir “no”

Es complicado decirle “no” a los hijos, es tremendamente difícil “poner límites” ante los berrinches del rey. Empieza por dejar de sobreprotegerlo, no alimentar conductas donde el hijo es el centro del mundo.  Una cosa es mostrar autoridad y la otra ser autoritario. 

Por ejemplo: “Porque lo digo yo y punto, cuando tengas tu casa y tus propios hijos tú mandas”.  Este autoritarismo solo resultará en más alimento para los chicos tiranos.  Es que ser autoritario es no tomar en cuenta ni las necesidades ni los sentimientos de nadie; en cambio, si muestras autoridad, das razones, motivos y otras opciones.  Por ejemplo: “Por ahora, solo se podría usar el videojuego una hora más, tú elige cuando la quieres…”  Firme y sostenida, nadie dijo que lo harás gritando ni aventando cosas y por supuesto, siempre teniendo contacto visual.

Recordemos que el niño que no tuvo límites firmes, se convertirá en un adolescente hostil con la estructura de la violencia y agresividad bastante fuertes, ellos suelen agredir a la madre y en ocasiones a ellos mismos con sustancias nocivas.  

Edúcalos bien

Aprovechemos que los niños son predecibles, los adolescentes no.  Si tus hijos están chiquitos, es momento de educarlo bien para que se convierta en un adolescente que no tiene la opción de crueldad.

Si ya vives bajo el dominio del hijo emperador, acude al exterior buscando ayuda de expertos en gestión de emociones y conflictos. Internamente ya has agotado todos los recursos, pero para re-conducir todo la buena noticia es que ¡sí es posible!  

Herramientas para la crianza

Mientras tanto, la UNICEF comparte estas herramientas para la crianza en este sentido:

-Exponer a los niños a las consecuencias naturales de sus actos para que se den cuenta y a través de esta experiencia ya no repitan la mala conducta.

-Actuar de acuerdo a la edad y momento de desarrollo de tu hijo.

-Anticipa a tus hijos qué se espera de su conducta.  Por ejemplo: “Cuando termine de cocinar, te voy a pedir que pongas la mesa”.

-Nunca exponerlos a situaciones que no podrán manejar.

-Pérdida de privilegios no como una larga y dolorosa penitencia sino como consecuencias previamente acordadas con ellos.

-Aplicar el “tiempo fuera”, es decir, ya que se haya calmado, se retoma el diálogo.

-Conducta ignorada, conducta olvidada.  Si no se le hace mucho caso, al no tener atención, no usará ese método para manipular.

En la siguiente entrega, abordaremos técnicas efectivas de mediación y gestión de conflicto en el hogar que servirán muchísimo como normas de convivencia.

 

Espera un momento…

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