En sus primeros años de vida en Michoacán, padeció la pobreza y el abandono de su padre, dos hechos que marcaron su vida en ese momento, pero que sentaron las bases de un futuro que ni ella misma imaginaba

Por Jeanette Sánchez

 Las señales del universo pueden llegar a ser confusas para algunas personas bajo ciertas circunstancias, o bien, cuando la experiencia ante la vida aún es limitada, así parece haber sido para María Núñez, hoy representante del Distrito 1 en el Consejo Municipal de la Ciudad de San Marcos.

Y es que, en sus primeros años de vida, allá en el estado mexicano de Michoacán, padeció la pobreza y el abandono de su padre, dos hechos que marcaron su vida en ese momento, pero que sentaron las bases de un futuro que ni ella misma imaginaba.

Abogada titulada por la California Western School of Law, Núñez dijo que nació en el Rancho de Guadalupe, Municipio de Villa Morelos, en Michoacán, México.

“Nací en 1973, en este pequeño rancho sin electricidad ni agua potable. Fui criada por mi madre con mis cinco hermanas. A partir de mediados de los años sesenta, mi padre comenzó a viajar a Estados Unidos en busca de trabajo. Finalmente, dejó de regresar a México a finales de la década de los setenta. En 1981, cuando yo tenía 8 años, mi madre tomó la decisión de dejar nuestro hogar y cruzar la frontera”.

Lejos del rancho

 “Entramos al país en 1981, caminando a través de la frontera de San Ysidro, esto no era común. Las mujeres y los niños pequeños no llegaban a los Estados Unidos de esta manera. Estoy segura de que todo el mundo pensó que mi madre estaba loca”.

“Para una mujer hacer el viaje hacia el Norte, con seis niñas, era casi inaudito. Estaba la incertidumbre del futuro y el peligro de viajar a un país extranjero, pero fue así como mi madre aprovechó la oportunidad para encontrar un futuro mejor para mí y mis hermanas”.

Así, desde hace 42 años, María y su familia han sido residentes de San Marcos, sitio que se convirtió en su hogar, lejos del rancho michoacano que las vio nacer.

“Hicimos de San Marcos nuestro nuevo hogar. Decidimos hacer una vida por nosotras mismas aquí. Mi mamá nunca tuvo la oportunidad de ir a la escuela, pero se aseguró de que nosotras recibiéramos una educación, mientras ella trabajaba más de 12 horas, durante muchos años, en fábricas en San Marcos y el Condado del Norte”.

En busca de oportunidades

La situación era difícil, pero con la fortaleza y decisión de su madre como ejemplo, María fue sorteando las vicisitudes a las que se enfrenta la mayoría de los migrantes.

“He enfrentado el racismo y la inequidad a diario. A una edad temprana, entendí los desafíos y me he esforzado por crear oportunidades para mí, mi familia y vecinos. Yo llegué de 8 años, era un momento en que había pocos latinos en San Marcos y aún más pocos eran los que hablaban español, tenían desánimo de conservar su lengua”.

Con la habilidad natural de cualquier niño para aprender un nuevo idioma y adaptarse a su nuevo contexto, María logró una valiosa fluidez para el inglés, adquiriendo con ello una de las primeras fortalezas que la irían llevando hacia su destino.

Espera un momento…

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