Los secretos que una madre guarda son tesoros que no comparte. Su confianza vale oro

Por Becky Krinsky Life Coach

 El consenso popular dice que los secretos son dañinos para la salud. Guardar secretos crea angustia que se resiente hasta en el sistema neurológico lo reciente también. Sin embargo, cuando uno puede contar con el apoyo y la confianza de su madre, sabe que sus secretos están bien resguardados.

Los secretos son un trabajo duro, no solo por lo que se guarda ante los demás, sino por la responsabilidad que uno carga cuando se encuentra a solas.

 

¿Qué se gana cuando puedes confiar en tu mamá?

Se crean lazos y vínculos para que la carga que se tiene no sea tan pesada.

Crece la confianza y el cariño desarrollando un vínculo muy estrecho.

Diluye la culpabilidad que los secretos imponen.

Un secreto es una intimidad que no se comparte porque no es propiedad compartida, ni es un convenio de complicidad. Es una información clasificada que no se comparte, pero cuando se deposita en la persona indicada uno se siente protegido, entendido y muy tranquilo.

El privilegio de poder guardar un secreto radica en aprender a escuchar sin juzgar y sin apropiarse de información que no es propia. Uno puede escuchar con atención y dejar que la vida fluya sin tener que adjudicar posesión de cosas, ideas y/o secretos que no son propios. Porque el amor incondicional de una madre hace que hasta los secretos sean más fáciles de platicar.

Cuando una madre guarda un secreto reconoce que su confianza es más importante que el secreto que guarda. Una madre puede guardar secretos de sus hijos sin sentir la necesidad de compartirlos, ya que su amor es incondicional y  su confianza no tiene precio.
Hay que recordar que lo valioso del asunto tendrá que ver con la confianza y no con el contenido que se guarda.

 

El valor de los secretos

Los secretos son una moneda muy valiosa. Cuando uno deposita la confianza en otra persona, reconoce que esa persona posee valores y virtudes inquebrantables que lo hace ser una persona digna y muy especial.

El acto de lealtad en un principio moral que requiere control y alta estima. Un secreto no tiene como propósito encubrir un error o hacer cómplice a alguien. Un secreto tiene como finalidad proteger la intimidad emocional y crear lazos de amistad sinceros y profundos.

Los secretos no deben poner a las personas en conflicto con sus valores ni con su bienestar. Un secreto no debe de ser una confesión ni una carga que rompa la paz emocional del confidente.

Los secretos son intimidades emocionales. No hay que abusar de la confianza, ya que las confesiones no son secretos.

 

Verdades cuando no depositas tus secretos con tu madre:

  1. Se convierten en una carga importante, sobre todo cuando se guardan secretos que no enorgullecen ni a la persona que los guarda ni a la que los hizo.
  2. Afectan la transparencia de las relaciones, sobre todo si hay una traición, un cambio radical o una acción que puede crear conflictos mayores.
  3. Se traducen en aislamiento social, ansiedades y hasta depresiones.
  4. Aumentan la irritabilidad, susceptibilidad y se crea una resistencia por miedo a no poder decir lo que se sabe.
  5. El sentimiento de culpa y de complicidad estimula la sensación de que se carga algo malo o dañino.
  6. La toma sensata de decisiones se ven impactados y en algunos casos hasta se afectan.
  7. Crean una lucha obsesiva entre la conciencia y la moral ya que se siente un deseo de compartirlo y existe una promesa que le impide hablar.
  8. Es muy difícil liberarse de los secretos porque es imposible dejar de pensar en lo que se guarda.
  9. Es difícil y, en algunos casos, hasta peligroso guardar secretos. Sin embargo, al contar con la confianza inquebrantable de una madre la visión y la sensación cambian considerablemente. 

 

La receta

Ingredientes

Valor – poder para escuchar sin juzgar ni criticar o hablar lo indebido.

Discreción – prudencia para respetar los secretos de los otros. 

Decoro – respeto y honor para guardar tesoros ajenos.

Compasión – amor altruista por las personas 

Distancia emocional – recordar que uno solo escucha, no carga ni comparte lo de otros.

 

Afirmación Personal para poder guardar secretos ajenos

Reconozco que guardar secretos es una gran responsabilidad que viene acompañada con honor, respeto y mucha discreción. Tengo el poder para cumplir el pacto de confidencialidad que prometí. Los secretos que guardo no son de mi propiedad, por lo tanto los cuido y no los comparto. Escucho con atención y respeto los valores y las decisiones de los demás sin sentir que tengo que opinar. Aprecio los lazos de confianza que me regalan al compartirme secretos íntimos. Soy honesto y cuido la confianza que han depositado en mí.

 

Espera un momento…

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