muchos adolescentes son impacientes, poco tolerantes, rebeldes y aceptan de mala manera las reglas de casa, dejan proyectos a medias, de repente son agresivos con sus hermanos cuando se sienten invadidos en sus espacios o con sus pertenencias

Por Psic. Gabriel Bello

 

Los padres acompañan a sus hijos adolescentes en su crecimiento y desarrollo; los educan, forman, crían; una tarea nada sencilla, porque en esta etapa, el adolescente está desarrollando su propia personalidad y se resiste a seguir instrucciones, a reconocer figuras de autoridad, a que le digan qué hacer y cómo hacerlo.
En este proceso de madurez, los adolescentes presentan características que hacen complicada la convivencia en casa. Por ejemplo: muchos adolescentes son impacientes, poco tolerantes, rebeldes y aceptan de mala manera las reglas de casa, dejan proyectos a medias, de repente son agresivos con sus hermanos cuando se sienten invadidos en sus espacios o con sus pertenencias, siguen utilizando el berrinche como una forma de presionar a sus padres para obtener lo que quieren, se vuelven especialistas en convencerlos que sus ideas están equivocadas; no hacen mucho por ir bien en la escuela y, por si esto fuese poco, no les gusta comunicarse con sus padres.
Si no sabemos que este comportamiento es natural y no lo toleramos, entonces ya tenemos un problema en la interacción con ellos.

¿Qué hacer ante el comportamiento intenso?
1) REDIMENSIÓNALO
Lo primero que debe hacer es redimensionarlo, coloca su comportamiento en una justa dimensión sabiendo que es parte normal de su proceso de madurez. No lo juzgues como un mal hijo que te tiene actitud; te digo algo, ni siquiera él sabe por qué se comporta como lo está haciendo.


2) LLÉNATE DE TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN
En segundo lugar, llénate de tolerancia a la frustración; no te enganches con su actitud de rebeldía o desafío, si lo haces perderás el control y terminarás sumándote al problema en lugar de resolverlo.

3) DETÉN LA CONFRONTACIÓN QUE ESTÁ EN PROCESO

Detén la confrontación que está en proceso. Cuando se ponga intenso en su respuesta hacia ti, cuando sea grosero contigo, dale su espacio para que se relaje y después abordas el tema; este espacio también te servirá para replantearte alternativas de abordaje diferentes. Créeme, ganarás más si te detienes en ese momento, avanzar solo conseguirás abrir una grieta en la relación que tienes con tu hijo adolescente.

 

4) NO LO CONFRONTES

No lo confrontes ni lo lleves contra la pared porque un adolescente cuando se siente agredido, violentado o en desventaja, muestra lo peor de su carácter.
Cualquiera de nosotros presentaría una reacción así de intensa, si estuviésemos en las mismas circunstancias, ¿por qué? porque defendernos es una repuesta natural de sobrevivencia.
Si tu propósito es que tu hijo se haga consiente, recapacite y vuelva a la cordura, “llevarlo contra la pared” no es la mejor opción.
Si lo agredes, lo retas, o violentas, te atacará como reacción de defensa, claro esto generará un mayor conflicto.
Recuerda: formación sin agresión.

 

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