Sigas o seas seguido, o sean de las parejas que unieron sus vidas sin proyecto a seguir, lo importante es saber que se puede ser feliz en cualquiera de estos estilos de relación. El factor determinante de tu felicidad es tu honestidad contigo mismo y situarte en el que compagina contigo

Por David Sotelo Félix

 Podríamos decir que, en cuanto a proyecto de vida, los matrimonios se dividen en dos grandes grupos: uno, cuando la pareja está al servicio del proyecto de uno de los dos, y el otro cuando crean, prácticamente de cero, un proyecto de vida entre ambos. Hoy exploraremos lo que implican y que podrá significar para ti y tu relación de pareja cada uno.

 

Súbete a mi moto

Por un lado, tenemos las parejas en las que uno de los dos está completamente invertido en un objetivo, profesión u oficio que dicta en gran medida el estilo de vida de esa persona. Hacer vida de pareja con él o ella implica automáticamente que tendrás que acoplarte a esa realidad. Un profesionista muy exitoso que su trabajo lo lleva a viajar constantemente, tener horarios extendidos de trabajo, interactuar cotidianamente muy de cerca con el sexo opuesto, hacer muchos de los tratos de negocio en restaurantes y bares, etc. tiende a resultar en disminuidas oportunidades de convivir en pareja y familia con suficiente cantidad y calidad.

El desafío principal de este tipo de relación podrá ser lograr y mantener el equilibrio entre trabajo y pareja/familia. Estar absorto por las metas laborales es común aquí. Los temores e inseguridades de la pareja que apoya también suelen presentarse. A final de cuentas, el/la otro(a) es la estrella de la relación. Recibe mucha más atención y reconocimiento social. Este planteamiento inicial podrá parecer que este tipo de relación es negativa o que invariablemente terminará en crisis, infelicidad y/o divorcio. Pero no necesariamente tiene que ser así.

 

Para que les funcione a ambos, hay que cuidar los siguientes puntos:

  1. APROPIARSE DEL PROYECTO

Aceptar ser la pareja de alguien que está profundamente comprometido en lograr sus sueños y que estos implican cierto grado de dificultad e inversión de tiempo y esfuerzo no será fácil en muchos momentos, pero en particular porque quizá implica que no serás lo más importante para él o ella.

Aunque te ame profundamente y te lo demuestre de mil maneras, su prioridad principal es su proyecto de vida y esto lo debes tener claro desde el inicio. Te lo diga o no, esta será tu realidad, es por esta razón que te conviene asumir cuanto antes que tu función de apoyo para el proyecto es clave. Que sus sueños ahora son tus sueños y que los éxitos o fracasos del proyecto también serán tuyos.

Encontrar orgullo y profunda satisfacción en ser parte del equipo es fundamental para ser feliz en este estilo de pareja. Implica también no buscar ni que te haga ruido el no ser el/la protagonista principal en el proyecto. ¿Podrás asumir esto sin gran dificultad? ¿Va con tu personalidad y aspiraciones? ¿No te generara posteriormente resentimientos?

  1. CLARIDAD DE FUNCIONES

Tener siempre claro a quién le toca hacer qué y cuándo. Se desperdicia mucho tiempo, recurso y energía en esfuerzos mal encaminados debido a la falta de coordinación e, incluso la necedad de desempeñar funciones para las cuales está mejor equipada la pareja. Si el/la otro(a) se le da mejor la administración de las finanzas por qué no hacerlo(a) de una vez por todas el/la encargado(a) de ello?

  1. SER Y HACER INDIVIDUALMENTE

Ahora, el que te sepas quizá el principal soporte de tu pareja en la consecución de sus sueños no significa, de ninguna manera, que te anules o desaparezcan del mapa tus inquietudes y tus propias metas. En todo momento, debes saberte parte de una relación, sí, pero a la vez un individuo con sus propias necesidades y deseos. Es por ello que siempre debes dedicar algunas horas diarias a actividades individuales para tu propia satisfacción. Estar comprometido en una relación no debe significar la desaparición de tu individualidad ni la cancelación de tus aspiraciones personales.

 

Vamos viendo a dónde vamos

El otro tipo de pareja es aquel en el que, entre ambos, crean un proyecto de vida, sin planes o ideas preconcebidas de que uno tiene que seguir al otro. Más que “súbete a mi moto, si quieres, porque voy para allá y nada ni nadie me detendrá.” La postura aquí es: “oye, quiero estar contigo y que hagamos algo juntos. Vamos viendo a dónde vamos”. Nadie tiene que necesariamente acoplarse a una gran meta o estilo de vida impuesto por el proyecto de uno de los dos. Y aunque esto podrá verse como una gran ventaja en ese sentido, el comenzar una relación sin proyecto plantea el desafío de iniciar de cero. Sin rumbo definido, simplemente sabiendo que quieren hacer cualquier recorrido juntos.

Estas relaciones tienden a vivirse con una sensación de mayor equidad y de un crecimiento “orgánico”, pero suelen ser inicios de gran incertidumbre y de un caminar titubeante y por ensayo y error. Pero si se logra atravesar esta fase inicial complicada gracias a acuerdos que van efectuando al ir conociendo lo que mejor les funciona, podrán crearse una sólida y duradera relación.

 

Puntos a cuidar para llegar ahí:

  1. Definir metas y estilo de vida de pareja y familiar: Unir sus vidas por afinidad y atracción no es suficiente para saber si en el día a día y año tras año FUNCIONARÁN como pareja. Es por esto que es clave la profunda y honesta reflexión y posterior extensa conversación para concluir en claros acuerdos en cuanto a de qué se va a tratar esta relación. Cuáles serán nuestras prioridades, qué es lo que como pareja y familia deseamos lograr y cómo deseamos vivir.
  2. Aprender a mantener el equilibrio entre el yo y el nosotros: Cuando la unión no la mantiene un proyecto en común es más fácil nunca convertirse en un nosotros, es más probable seguir llevando vidas paralelas. Por lo mismo, conviene monitorear que se cultiva y fortalece el nosotros con actividades y metas en común. Inversión de tiempo, energía y recursos a la zona de pareja, compartir realmente la vida.

Sigas o seas seguido, o sean de las parejas que unieron sus vidas sin proyecto a seguir, lo importante es saber que se puede ser feliz en cualquiera de estos estilos de relación. El factor determinante de tu felicidad es tu honestidad contigo mismo y situarte en el que compagina contigo.

 

*El autor es psicólogo clínico y atiende a parejas y adultos en su consulta privada.

 

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