Por Mariana Sánchez

El Boulevard Agua Caliente es una de las vialidades más importantes de Tijuana, conectado desde la Zona Centro con sus icónicos taxis rojos y negro (actualmente en transición con nuevos autobuses y una nueva ruta de transporte), el Gran Hotel mejor conocido como Las Torres, Club Campestre, y uno de los accesos a la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas. Y desde el plano catastral de 1929 para el pueblo de Zaragoza, se puede identificar como el “Camino al Agua Caliente”, haciendo referencia a unos de los sitios históricos de mayor relevancia para nuestra ciudad.

El impulso al crecimiento poblacional

Para inicios de los 1900´s se estima que había menos de 300 personas viviendo en lo que ahora es Tijuana. Una de las actividades que impulsaron el crecimiento poblacional fue alrededor de los juegos de azar, los cuales llegaron a esta frontera durante la época del Porfiriato (1876-1911), y proporcionaron un crecimiento económico innegable para los cimientos de esta ciudad.

Entre 1920 y 1933 en los Estados Unidos de América, se prohibió a nivel constitucional el consumo y la producción de alcohol, lo que convirtió a las ciudades fronterizas en México, en grandes atractivos turísticos, tal cual fue el caso en Tijuana. Durante estos años, nuestra ciudad presenció una transformación importante en temas de infraestructura, creación de empleos y desarrollo urbano, sobre todo cerca de la aduana ubicada en la Zona Centro.

Estadounidenses, especialmente del Sur de California, fueron los principales clientes en espacios de entretenimiento como los casinos Montecarlo, Molino Rojo, Foreign Club, Rosarito Beach, asimismo El Tecolote en Mexicali, Hotel Riviera del Pacífico en Ensenada y el Club de Yates en las Islas Coronados. 

La construcción del complejo Agua Caliente

En 1927, un grupo de accionistas estadounidenses conocidos como “Los Barones de la Frontera”, conformado por Wirt G. Bowman, Baron Long y James N. Crofton, aliados con el gobernador del Distrito Norte de Baja California, Abelardo L Rodríguez, compraron 491 acres a uno de los herederos de la familia Argüello (los herederos del Rancho Tía Juana), y comenzó la construcción del complejo Agua Caliente, el cual se inauguró en 1928, y por todos sus atributos pronto se convirtió en la empresa que más generó empleos en la ciudad. 

Bajo supervisión el arquitecto Wayne McAllister, quien  coordinó desde el diseño hasta la selección de pintura, con un estilo colonial californiano, ubicado sobre manantiales de aguas termales, contaba así mismo con salones de juego de pisos de mármol, lámparas, checoslovacas, alfombras persas, 500 habitaciones, además de una estación de radio, un campanario, un aeródromo, jardines y un campo de golf.

Fue visitado por diplomáticos, elementos de la realeza y grandes estrellas de cine, y fueron así atraídos turistas de todo el mundo, incluso con la popularidad de este casino se implementó una carretera pavimentada de 3 millas para unir el Centro con el complejo turístico.

Esto duró hasta 1935 cuando se emitió un decreto por el presidente Lázaro Cárdenas que ordenaba la suspensión de los juegos de azar a nivel nacional y todos los casinos fueron clausurados; tan solo 2 años después, el gobierno federal entregó las instalaciones a la Secretaría de Educación Pública; lamentablemente el complejo Agua Caliente por su belleza fue sometido a saqueos, sus edificios sufrieron deterioros y eventualmente se ordenó su demolición, y lo poco que sobrevivió fue convertido en una escuela técnica.

Algunos elementos

Aunque ya no exista el complejo Agua Caliente, aún podemos apreciar elementos del mismo como la torre Minarete ahora dentro de la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas, el campanario ahora la réplica de la Torre Agua Caliente, el aeródromo ahora el Boulevard Aviación, los campos de golf ahora parte del Club Campestre, el hotel y los bungalows ahora detrás de la Secundaria Técnica 1, y por supuesto la carretera que unió al Centro con el completo ahora el Boulevard Agua Caliente.

 

Mariana Sánchez

@nanaentijuana

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