Entre malentendidos y falsas expectativas las relaciones se desgastan y se arruinan muy rápido.

Por Becky Krinsky

Las relaciones son mucho más frágiles de lo que a menudo se perciben. A pesar de su capacidad para resistir desafíos, con el tiempo pueden desgastarse y causar daños profundos que requieren una atención continua. 

La reparación de una relación no es un evento único, sino un proceso constante que puede extenderse a lo largo de toda una vida. Cuando una relación se deteriora, es inevitable que se creen cicatrices emocionales. Aunque con el tiempo estas cicatrices sanan en su mayoría, es importante reconocer que una pequeña parte de ellas podría persistir como marcas. Estas marcas merecen ser cuidadas con ternura y atención continua, no como resentimiento, sino como un legítimo interés por evitar recrear el dolor pasado y evitar causar nuevos problemas en el futuro. 

Es como un viaje en el que cada paso bien pensado sirve como bálsamo para aliviar el dolor y fortalecer una relación que puede haber sido dañada por malentendidos, maltrato o expectativas no cumplidas.

El momento en que la sanación comienza es subjetivo y único para cada individuo involucrado. No hay una fecha de expiración ni un cronograma definido para este proceso. La sanación llega cuando alguien se siente emocionalmente preparado para abordarla.

Elementos cruciales

Reparar una relación implica una serie de elementos cruciales:

Intención y determinación: Es fundamental tener la intención sincera de recuperar el amor y restablecer la confianza que puede haber sido dañada. La determinación es lo que impulsa a realizar los esfuerzos necesarios para la reparación.

Realismo sin justificaciones: Para sanar, debemos enfrentar la realidad tal como es, por más dolorosa que sea, esto significa evitar justificaciones o la distorsión de la verdad para que se ajuste a nuestras necesidades personales.

Evaluación compasiva: En lugar de juzgar el progreso de manera severa, aprendemos a medir con compasión los pequeños signos de mejora que aparecen en el camino. Estos indicios generan esperanza tanto para nosotros como para la persona con la que estamos intentando mejorar la relación.

Actitud positiva

Es de vital importancia mantener una actitud positiva cuando se busca la restauración de una relación. Cada acción y palabra debe reforzar la idea central de que todo contribuye a la reconstrucción y el restablecimiento de la relación dañada.  

 

Al adoptar esta perspectiva, la frustración personal y la búsqueda de culpables se disipan. El lenguaje corporal se relaja, las palabras se suavizan y, sin esfuerzo, las personas que antes podían haber expresado enojo o herido con sus palabras encuentran tranquilidad, permitiendo una comunicación más fluida y una escucha mutua.

Para revitalizar cualquier conexión, es crucial reconocer el valor y la importancia de cada individuo en el proceso de mejora. El apoyo y la comprensión mutua son elementos esenciales en el camino hacia la reconciliación.

Aprender a ser una mejor persona sin permitir que la amargura se arraigue en el corazón es una recomendación valiosa para preservar relaciones sanas y significativas.  

La receta

Reparando las relaciones

 Ingredientes:

Aceptación –  reconocer  el valor de cada persona y su derecho de ser.

Respeto – validar las diferencias de los otros y poder vivir con ellas.

Actitud positiva – determinación personal para encontrar aspectos constructivos.

Paciencia – virtud de poder esperar y considerar los tiempos y las necesidades de otros.

Humildad – valor para aceptar las limitaciones y las diferencias, fomentando empatía. 

Afirmación positiva para reparar las relaciones dañadas.

«Valoro profundamente las relaciones, reconociendo que son un privilegio que conlleva responsabilidad y respeto. Comprendo que tener relaciones enriquece y da plenitud a mi vida. Acepto las diferencias con valentía y comprensión, dejando de lado la crítica y el juicio, abrazando la diversidad de puntos de vista. Renuncio a las expectativas egoístas y abrazo la positividad en cada relación. Puedo nutrir mi empatía y tengo la disposición para sostener conexiones fuertes, incluso, en tiempos difíciles. Juntos, crecemos y prosperamos.»

¿Qué se necesita para reparar una relación?

La recuperación de las relaciones no es lineal; hay días buenos y difíciles. Lo crucial es seguir trabajando en su restablecimiento.

Para recuperar la relación, es vital dejar atrás los sentimientos negativos y cambiar la actitud. Abandonar el papel de víctima o culpable es esencial para sanar y asumir responsabilidad por nuestras acciones.

Diferenciar entre la persona que desencadena el conflicto y quien solo lo activa puede mejorar relaciones que se dañan sin una razón aparente. A menudo, los conflictos son recordatorios de situaciones pasadas.
En nuestras diferencias, encontramos la belleza de la humanidad y el potencial para una vida plena, reparar relaciones nos hace más fuertes y más humildes.

Espera un momento…

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