“Cuando tú te atreves a cambiar una creencia limitante, no solo sanas tu historia: también abres espacio para que otras mujeres —tus hijas, tus amigas, tu comunidad— se cuestionen las suyas”
Por Adriana Reid
Durante mi participación en la primera edición del HolisticFest, tuvimos una conversación profunda y muy hermosa sobre un tema que, aunque invisible, rige muchas de nuestras decisiones: nuestras creencias limitantes.
Hablamos de esa voz interna que, cuando queremos avanzar, nos dice: “mejor no”, “no es para ti”, “no vayas tan lejos”. Y lo más revelador fue descubrir que esa voz no es tu enemiga… solo está desactualizada.
Muchas veces, lo que hoy nos limita, alguna vez fue necesario para protegernos. Frases como “no hagas ruido”, “mejor no esperes mucho”, “agradece y no pidas más”, nos ayudaron a adaptarnos a entornos que no sabían cómo sostener nuestra esencia. Se fueron convirtiendo en mecanismos de supervivencia emocional que creamos para no incomodar, para pertenecer, o simplemente no sentirnos rechazadas.
Pero esas creencias, que antes nos cuidaron, hoy nos atrapan bajo techos de cristal. Y si no las cuestionamos, las seguimos arrastrando como verdades absolutas, sin darnos cuenta de que tuvieron vigencia en un pedacito de nuestra historia en el que no podíamos responder a la vida de diferente manera, pero hoy sí.
A manera de ejemplo, te cuento, en mi consulta, la mayoría de las personas llega sabiendo exactamente lo que no quiere. Les es más difícil identificar lo que en realidad desean, esto se debe a que nuestro músculo para imaginar y desear se fue atrofiando con el tiempo debido a mensajes como: “el dinero no crece en los árboles”, “mejor no te ilusiones”, “calladita te ves más bonita”.
Mi sugerencia es que, desde el momento presente, cuestiones lo siguiente: ¿Esta idea que tengo sobre mí misma me limita o me expande? ¿Qué versión de mí la necesita seguir creyendo?
Cuando aprendemos a observar lo que creemos —sin juicio, con curiosidad— empezamos a recuperar el poder de decidir cómo queremos vivir. Cambiar una creencia reescribe tu historia desde la conciencia.
Para tu caja de herramientas
Haz una lista de tus “nuncas”: nunca soy suficiente, nunca llego, nunca me va bien… Elige una y pregúntate: ¿Desde cuándo aprendí esto? ¿A quién le servía que yo lo creyera? ¿Sigue siendo cierto hoy?
Cambia el “nunca” por “¿y si sí…?” Ejemplo: “Nunca me eligen” → “¿Y si hoy soy yo quien se elige primero?”
Atrévete a imaginar: Escribe sin filtros: ¿Qué sí quiero? ¿Qué deseo? ¿Qué sí me permito soñar? No te limites a lo posible. Escríbelo como si ya estuviera ocurriendo.
Cuando tú te atreves a cambiar una creencia limitante, no solo sanas tu historia: también abres espacio para que otras mujeres —tus hijas, tus amigas, tu comunidad— se cuestionen las suyas. Porque cada vez que una mujer se atreve a creer algo nuevo sobre sí misma, se convierte en posibilidad para otras.
La autora es maestra en Educación con especialidad en Ingeniería en Software Humano.
info@be2be-coaching.com