“Una vida plena no comienza cuando cambian las circunstancias sino cuando cambia nuestra actitud hacia ellas. No es que las personas felices sean agradecidas, son las personas agradecidas las que son felices”.
Por Alba Rodríguez Gil
¿De qué te has quejado el día de hoy? De tu trabajo, la economía, de tus hijos, tu pareja, el clima, por la falta de tiempo, por el tráfico, por tu escuela, tu cuerpo, tu apariencia física, tu salud etc. Vivimos acostumbrados a quejarnos, lamentarnos o victimizarnos por los acontecimientos de nuestra vida y ponemos el foco de nuestra atención en lo que aparentemente nos falta, en lo que no tenemos o todavía no logramos.
Esta narrativa, en muchas ocasiones, es reforzada por nuestra cultura y el colectivo donde operar desde el ¨modo queja¨ se ha normalizado. Aunque siempre suele haber algo por lo que sentir gratitud, el cerebro no es especialmente sensible a este sentimiento. Más bien, tiende a pasar por alto las buenas personas, oportunidades, acontecimientos y otras cosas positivas en nuestra vida.
La mente humana tiene un ¨sesgo de negatividad¨ también conocido como el efecto negativista que permite que las cosas negativas (experiencias, pensamientos, emociones) tengan un mayor impacto psicológico que las cosas positivas. Pero si reflexionamos un poco en esto, ¿cómo nos sentimos ante la queja?
Recuerda que si enfocamos nuestra atención en la queja más cosas para quejarnos veremos, pero por el contrario, si nos enfocamos en lo que agradecemos más cosas que agradecer veremos.
Qué es la gratitud
La buena noticia es que hay ciertas prácticas que a continuación te comparto, que nos ayudan a corregir o contrarrestar el sesgo de negatividad. Pero antes de esto, veamos qué es la gratitud.
Según la RAE, la gratitud es un sentimiento que se experimenta cuando se aprecia un beneficio o favor recibido y se desea corresponder a él. La palabra gratitud proviene del término latino gratus, que significa “grato”. Agradecer significa sentir o manifestar gratitud.
¿Sabías que la gratitud literalmente puede cambiar nuestro cerebro? Según el centro de investigación de Conciencia de la Atención Integral de UCLA ( Mindfulness awareness research center ), la gratitud cambia molecularmente la estructura del cerebro.
La neurociencia dice que la gratitud activa áreas del cerebro que regulan las emociones, la memoria y las funciones corporales que está asociada con la liberación de hormonas que promueven el bienestar. La amígdala e hipocampo se activa cuando experimentamos gratitud, y regulan las emociones, la memoria y las funciones corporales.
La oxitocina se libera cuando se practica la gratitud y nos ayuda a sentirnos más conectados con los demás, a profundizar las relaciones y a reducir la ansiedad y el miedo.
La dopamina se libera cuando el cerebro identifica que algo bueno sucede y aumenta la sensación de placer. Nos energiza, nos da vida y contribuye a que seamos más felices.
De acuerdo con el Dr. Mario Alonso Puig, se ha demostrado que la gratitud produce un impacto en el sistema nervioso que genera un equilibrio tal que la atención arterial se regula mucho mejor, los niveles de azúcar se gestionan mejor. En sí, el ser humano en gratitud tiende a estar más sano que cuando vive en la queja.
Beneficios de la gratitud
- Mejora del bienestar emocional: practicar la gratitud puede disminuir la depresión y la ansiedad, promoviendo un estado mental más positivo.
- Fortalecimiento de relaciones: expresar agradecimiento a otros puede fortalecer vínculos, creando un ambiente de confianza y respeto.
- Aumento de la resiliencia: la gratitud ayuda a enfrentar adversidades, permitiéndonos ver las lecciones y oportunidades en las dificultades.
- Mejor salud física: algunos estudios sugieren que las personas agradecidas tienden a cuidar mejor de su salud, lo que se traduce en hábitos más saludables.
- El agradecimiento nos conecta con el tiempo presente. Y tiene un poderoso efecto en el bienestar emocional y mental, ayudándonos a enfocarnos en lo positivo y a valorar las cosas que tenemos en la vida.
Espacio libre de quejas
Hoy te invito a observarte y crear un espacio libre de quejas. Observa en dónde tienes puesta tu atención. Antes de quejarte, guarda silencio en tu interior, respira, observa y pregúntate ante esta situación que no te gusta y quisieras que fuera diferente, qué pudieras agradecer.
Digamos que no estás conforme con tu cuerpo por la razón que sea, haz una pausa,
respira y observa ¿qué puedes hoy agradecerle a tu cuerpo? ¿Qué hace tu cuerpo por ti? O digamos que hay algo en tu trabajo que quisieras cambiar. ¿Piensa que puedes agradecer de tu trabajo hoy? Quizás el tener la fortuna de tener un trabajo y percibir un sueldo.
Un pequeño cambio hace la diferencia: sustituye el “tengo que” por “hoy puedo”. Tengo que ir a trabajar por hoy puedo ir a trabajar.
Recuerdo que alguna vez me encontré quejándome de tener muchos platos que lavar y una cocina que limpiar. Mi mente en automático se fue a la queja, después me pregunté: ¿qué puedo agradecer de esto? Mi mente en automático también se fue a buscar cosas para agradecer y después de una pausa y observar pensé: agradezco haber tenido casa llena, una mesa con mi familia unida y mis tres hijos en casa, ¡qué alegría!
Recuerda que una vida plena no comienza cuando cambian las circunstancias sino cuando cambia nuestra actitud hacia ellas. No es que las personas felices sean agradecidas, son las personas agradecidas las que son felices.
Te invito a incorporar la gratitud como hábito en tu vida diaria.
¿Qué agradeces del día de hoy?
“Solo hay dos formas de vivir la vida una es pensando que nada es un milagro y la otra
pensando que todo lo es”.
-Albert Einstein
Contacto
La autora es psicóloga y life coach
coachalbarodriguez@gmail.com
Instagram: @coachalbarodriguez