“Tus emociones no se quedan en la puerta: es una creencia limitante pensar que podemos “dejar lo personal afuera”. Y si no, obsérvalo: es imposible abandonar lo que forma parte de tu esencia como ser humano”
Por Adriana Reid
En nuestra exploración de la salud emocional como una dimensión vital del bienestar integral, este mes de mayo —dedicado a la concientización de la salud mental— quiero invitarte a mirar hacia un territorio cada vez más urgente: la salud emocional en los espacios de trabajo.
El trabajo no solo es un medio de sustento, es un entorno donde pasamos buena parte de nuestras vidas, en el que se activan nuestras inseguridades, se reflejan nuestras heridas y se defienden nuestros puntos de vista.
Tus emociones no se quedan en la puerta: es una creencia limitante pensar que podemos “dejar lo personal afuera”. Y si no, obsérvalo: es imposible abandonar lo que forma parte de tu esencia como ser humano. La forma en la que enfrentamos conflictos, recibimos retroalimentación, ponemos límites o manejamos el estrés tiene raíces emocionales mucho más profundas de lo que imaginamos.
¿Te cuesta decir que no? ¿Te sientes culpable al descansar? ¿Te angustia no “dar el ancho”? Todo eso habla más de tu historia emocional que de tus capacidades laborales.
El cuerpo emocional también se sobrecarga
No solo el cuerpo físico se agota, también lo hace el emocional, especialmente cuando estás constantemente en modo alerta: cuidando lo que dices, temiendo equivocarte, intentando sostenerlo todo.
Reconocer la sobrecarga emocional o burnout no es debilidad — es conciencia.
Y sin esa conciencia, operamos en automático, desconectadas de nosotras mismas, sostenidas únicamente por la exigencia.
La salud emocional no es un lujo: es la base de tu desempeño
En Be2Be-Coaching acompañamos a mujeres en contextos de liderazgo, empresa y emprendimiento a reconectar con su salud emocional como una fuente de claridad, autocuidado y sostenibilidad.
Porque no se trata solo de hacer más… sino de ser más tú, incluso, en lo que haces.
Para tu caja de herramientas
Aquí algunas prácticas para llevar tu salud emocional contigo al trabajo:
- Pausa consciente
Respira antes de responder. Pregúntate: ¿Desde dónde estoy reaccionando? - Mapa emocional
Lleva un diario emocional de tu semana laboral. ¿Qué situaciones te desestabilizan y por qué? - Límite sano, no agresivo
Practica decir “no puedo ahora” sin culpa. Tu energía también necesita gestión. - Autoevaluación compasiva
Celebra lo que hiciste bien. El cerebro tiende a enfocarse en errores. Entrénate a cambiar tu punto de vista. - Micro-descansos de conexión
Aunque no puedas parar, puedes respirar. Tres inhalaciones profundas pueden reconectar tu sistema.
Este mes, en lugar de exigirte más, date permiso de escucharte más.
La salud emocional no interrumpe tu productividad, la sostiene con presencia y coherencia.
Este mes, llévate contigo a la oficina. No para rendir más… Sino para rendirte menos.
