“La libertad llega cuando podemos observar nuestra historia con compasión, sin seguirla utilizando como argumento para sostener una versión limitada de nosotras mismas”

Por Adriana Reid

Se acerca el fin de año y con él, llega ese impulso de evaluar, de repasar lo vivido y preguntarnos: ¿qué logré? ¿Qué aprendí? ¿Qué quiero para el próximo ciclo? Solo que, entre metas y balances, pocas veces nos detenemos a reflexionar en algo más profundo: ¿desde quién viví este año?

Nos acostumbramos a definirnos a través de los roles que desempeñamos: madre, profesionista, hija, pareja, cuidadora, emprendedora. Y aunque lo que hacemos forma parte de nuestra historia, esto no define lo que somos, no es nuestra identidad.

Cuando el hacer ocupa todo el espacio, el ser empieza a desdibujarse.

A lo largo de mi experiencia acompañando procesos de transformación, he visto un patrón constante: muchas mujeres comprenden perfectamente su historia, sus heridas invisibles, sus aprendizajes, sus patrones. Sin embargo, el vacío sigue. Y es que una cosa es comprender y otra es transformar.

La libertad llega cuando podemos observar nuestra historia con compasión, sin seguirla utilizando como argumento para sostener una versión limitada de nosotras mismas.

Honrar nuestra historia no significa quedarnos en el pasado. Es reconocer de dónde venimos, qué partes de nosotros quedaron olvidadas, aquellas que tuvieron que adaptarse a lo que otros querían o pensaban que era lo mejor para nosotros, para pertenecer y sobrevivir… es momento de decidir cuáles merecen seguir acompañándote.

Puedes agradecer lo que te trajo hasta aquí, sin permitir que defina hacia dónde vas.

 

Reconcíliate con tu esencia

Tu esencia está atrapada debajo de capas de condicionamientos, mensajes familiares y acuerdos que alguna vez fueron necesarios y que hace falta cuestionar.

Quizás aprendiste que «primero los demás», que «sentir te hace débil», o que «no se puede tener todo».

Pero cada una de esas frases puede reescribirse desde una nueva versión de ti: una mujer adulta, consciente, capaz de elegir distinto.

Volver a ti es un acto de amor propio, pero también de responsabilidad. Porque cuando una mujer se reencuentra con su esencia, no solo se transforma ella: transforma su manera de vincularse, de trabajar, de amar, de criar, de crear.

Desde ahí, la vida empieza a sentirse más ligera, más honesta, más tuya.

 

Para tu caja de herramientas

  1. Escribe tu historia con gratitud. Haz una lista de los momentos que más te marcaron este año. Agradece lo que te enseñaron, incluso si dolió.
  2. Identifica qué partes de ti necesitan actualizarse. ¿Qué roles, creencias o acuerdos estás lista para soltar?
  3. Diseña tu siguiente versión. No desde lo que falta, sino desde lo que hoy ya sabes que eres. Termina la frase: «En el nuevo año, elijo vivir desde…»

Honrar tu historia no significa quedarte en ella; significa integrar los aprendizajes en sabiduría como la raíz que sostiene tu siguiente etapa, no como límite. Y reconectar con tu esencia es recordar que, más allá de los roles o las expectativas, siempre puedes elegir quién eres hoy.

Si quieres seguir explorando herramientas de autodescubrimiento y bienestar integral, escribe a info@be2be-coaching.com con el asunto «Suscripción Mujer Actual / Diciembre 2025» y recibe de regalo tu Mapa inicial de reconexión personal y la invitación a nuestra tercera sesión especial de cierre de año: Transición consciente hacia el 2026.

 

Espera un momento…

0