La clave radica en reconocer lo que se tiene, aprovecharlo y dejar de desear lo que se carece o lo que es de otros y no nos pertenece

Por Becky Krinsky

 Para experimentar plenitud y apreciar la vida, es fundamental aceptar la realidad, valorar los recursos y encontrar formas creativas de disfrutar lo que se tiene. Cuando reconoce que los desafíos que se presentan no son castigos, más bien son oportunidades para descubrir los recursos que cada quien posee para poderlos transformar en valiosos maestros, que ofrecen buenas lecciones y ofrecen nuevas condiciones para desarrollar las potencialidades que aún no se han explorado.

La vida personal es única, es la esencia que cada uno tiene y es la única responsabilidad para descubrir lo que uno puede llegar a ser.

Cada individuo tiene lo necesario para encontrar sentido y propósito en la jornada de su vida. Lo importante es evitar la trampa de tenerse que comparar con los demás y creer asegurar que uno necesita lo que ellos tienen para vivir mejor.

 

Oportunidades disfrazadas de adversidades

Según la filosofía china dice que cada persona tiene que resolver 89 problemas que surgen en su camino de por vida. Estos problemas son oportunidades disfrazadas de adversidades con el fin de que la persona luche y encuentre el valor que necesita para sobresalir y hacer lo mejor que pueda con su vida y con los recursos que le tocaron. Aprender a aceptar tanto lo bueno como lo malo de las experiencias que llegan es esencial para vivir en paz con uno mismo y hacer una buena vida.

 

Por ejemplo : El estudio puede ser un desafío para algunas personas. Mientras que para otras es un refugio que los abriga y los hace sobresalir. Otros son extraordinarios comunicadores, mientras hay personas que hablar en público podría ser su peor castigo. A unos se les da la cocina o el arte, mientras que otros solo ven números y cuantifican los hechos que conocen. Así es como existen diferentes tipos de personas, algunas académicas, otras creativas, y cada una encuentra satisfacción y logros de manera única. Reconocer y aprovechar las fortalezas permite destacar en el camino que cada quién elige y le toca.

Las limitaciones físicas no impiden que algunas personas se conviertan en héroes, mientras que otros, a pesar de tener todas sus capacidades, luchan contra la depresión y la angustia.

Cada individuo maneja los problemas que puede, y no hay necesidad de envidiar a los demás. Es crucial ver la propia vida como la puerta que abre posibilidades para ser mejores sin hacer comparación con los demás.

Descubrir el propio camino lleva al lugar que a cada uno corresponde, sin importar lo excitante que parezca la vida de los demás. Aprender a respetar y a valorar la vida propia es el camino para tener una buena vida y además poderla disfrutar.

 

 

La Receta

Sé lo mejor de ti

Ingredientes:

Aceptación plena- reconocimiento de la esencia personal.  

Creatividad –  aprovechar los recursos en forma única.

Dedicación- esfuerzo, compromiso y dedicación para con uno mismo.

Gratitud – sentir aprecio por lo que se tiene, por lo que se comparte y por lo que se  logra.

Fortaleza – valor para sucumbir a las adversidades y sobre llevar los tiempos difíciles.

 

Afirmación personal para amar la vida que se tiene.

 

Agradezco la vida que tengo, y reconozco que esta es la vida que me tocó. Hago lo mejor que puedo con lo que tengo y conozco. Tengo el poder de encontrar la magia en lo que veo, hago  y lo que me puede llegar.  Nutro mi  fortaleza para aprender de mis  problemas  y mejorar mis posibilidades.  Entiendo que mi vida es mía, que no me tengo que comparar y no tengo que desear lo que otros tienen. Es mejor aprender a querer lo que yo tengo y ver la manera cómo esté dentro de mis posibilidades. Puedo encontrar el amor a la vida.

 

Cómo encontrar el gusto por la vida que te toca vivir:

 

  1.     Tú tienes lo que necesitas para ser grandioso. Cada persona nace, en el tiempo, el lugar, la familia y las circunstancias que necesita para poder desarrollar sus capacidades y lograr una gran vida. Todo es parte del plan divino y del universo perfecto.

 

  1.     Cada quien tiene su propio destino, misión y propósito. No hay que envidiar ni desear la vida de otros. En lugar de ver y comparar lo que no se tiene, es importante agradecer y valorar lo que se tiene, de esta manera, crece la apreciación y el verdadero amor a la vida.

 

  1.     Cada uno tiene que vivir bajo su propio estándar. No se trata de tener más sino de ser mejor cada día. El entorno y las situaciones de cada quien, con tan solo pruebas que se presentan para poder crecer y desarrollar el carácter y las potencialidades. Donde lo único que importa son los logros, el crecimiento y el aprendizaje.

 

«No existen las coincidencias, ni los accidentes; lo que tienes y lo que te pasa es justamente lo que necesitas para crecer y ser mejor.»

 

Espera un momento…

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