
La pareja ideal de esta encantadora bebida es el tamal. Y para este tradicional día de la Candelaria, podemos hacer un verdadero maridaje de tamales con atoles y prepararlos en familia
Por Ana Laura Martínez
Cada vez que se toma un atole, estamos bebiendo historia, pues esta bebida de origen prehispánico ha acompañado al pueblo mexicano desde sus orígenes, según en las Cartas de Relación de Hernán Cortés, narra que los nativos saboreaban una bebida hecha a base maíz, agua, miel y chiles conocida como atolli que significa aguado, en donde seguramente era la harina de maíz cocida en agua y endulzada con alguna miel, para lograr ese espesor que tanto nos gusta. Le agregarían cacao, vainilla, pulpa de frutas como la guayaba.
A la llegada de los españoles se enriquecería esta confortante bebida con piloncillo, canela, anís, flor de azahar, limón y la base de leche de vaca.
Cada región tiene sus propios atoles, pues según la diversidad de flores, frutas, semillas de la zona le irán dando su propia identidad. Así tenemos por ejemplo en Michoacán el atole de zarzamora, en Ciudad de México el atole blanco que es a base de nixtamal.
La feria del atole
Y el atole tiene su propia feria, que se celebra el sábado anterior al Domingo de Ramos, dando inicio a las festividades de Semana Santa. Las cocineras tradicionales de Tarécuaro y en sí de todo Michoacán se dan cita en esta feria para deleitarnos con atoles tanto dulces como salados.
Destaca el ¨tokeri¨, que lleva granos de elote y salsa de chile, el de ¨nurite¨, que es una planta recomendada para la fertilidad y llevada además chilacayote, el ¨xiracata¨, que es a base de maíz fermentado y salsa de chile guajillo.
Igualmente el atole acompaña las diferentes etapas de vida del pueblo purépecha, desde al nacimiento como alimento para las mujeres que acaban de alumbrar, como en los bautizos, las bodas y los velorios, pasando de generación en generación, es un verdadero legado cultural.
El atole no es solo popular en las mesas de los mexicanos, también lo es en nuestras tradición oral cotidiana. Como por ejemplo: “dar atole con el dedo”, cuando alguien nos quiere engañar o “tienes atole en las venas” cuando la persona no reacciona ante alguna situación.
Uno para cada día
Aquí un listado de 30 atoles, uno para cada día del mes, y que seguramente te van a motivar a preparar:
Atole de guayaba
- Chileatole
- De avena
- De arroz con canela
- De fresa
- De limón
- Agrio
- De amaranto
- De cajeta
- Cenizo
- De chocolate
- De vainilla
- Champurrado
- Chorote
- De garbanzo
- De aguamiel
- De galleta
- De chaqueta
- De masa
- De piña
- De limón
- De cempasúchil
- De nuez
- De tamarindo
- De manzana con canela
- De naranja
- De rompope
- De mazapán
- De ajonjolí
- De semillas de girasol
- De ciruela
La pareja ideal
La pareja ideal de esta encantadora bebida es el tamal. Y para este tradicional día de la Candelaria, podemos hacer un verdadero maridaje de tamales con atoles y prepararlos en familia.
Te comparto el atole de semillas de girasol que estoy segura lo vas a disfrutar en este tiempo de frío.
Atole de semillas de girasol
Masa de maíz 100 gramos
Semillas de girasol 100 gramos
Canela 1 trozo
Miel de abeja, azúcar mascabado o piloncillo Al gusto
Agua 1.5 litros
Procedimiento:
- Hervir en 1 litro de agua la canela y disolver el piloncillo o azúcar según se requiera.
- Tostar las semillas de girasol y molerlas.
- En el otro medio litro de agua, diluir la masa de maíz y llevar al fuego; cuando comience a hervir, agregar las semillas de girasol molidas y dejar hervir hasta que se obtenga la consistencia deseada.
- Si se endulza con miel este es el momento de agregarla y servir caliente.