Toda decisión y cambio, por más beneficiosos que sean, implican pérdidas que se viven como duelos, generando dolor, miedo y soledad.

Por Becky Krinsky

Dejar una relación tóxica, ya sea con una pareja, en el trabajo o en un grupo social, puede ser una experiencia profundamente dolorosa. Aunque sea una decisión necesaria para recuperar el bienestar personal, el proceso es emocionalmente agotador y puede hacer que la persona se sienta como una «oveja negra», una traidora o una persona que abandona sus hábitos.

Una relación tóxica puede ser con una pareja controladora, en un trabajo donde no se valora al empleado, en un entorno que critica en lugar de promover el crecimiento personal, o en relaciones donde se busca culpar, victimizar o menospreciar. También puede incluir adicciones al alcohol u otras sustancias. Las relaciones tóxicas pueden ser con otros o con uno mismo.

 

La dificultad de dejar ir

Las relaciones tóxicas son desgastantes y frustrantes, pero también pueden ser manipuladoras y apasionadas. Pueden hacer que las personas salgan de sus zonas de confort, lo que puede resultar en un estímulo emocional contradictorio, mezclando adrenalina y seducción con el daño psicológico.

Las conexiones humanas son complejas y están profundamente enraizadas en las emociones y experiencias, lo que puede crear un fuerte apego y dependencia emocional. En estos casos, una persona depende de otra para validación y sentido de identidad, haciendo aún más difícil la separación.

 

El estigma de la «oveja negra»

Cuando alguien decide dejar una relación tóxica es común que se sienta aislado o como una «oveja negra». Esta percepción proviene de la manipulación emocional y la negatividad constante que la persona tóxica emplea para mantener el control. Salir de esta dinámica puede llevar a que la persona se sienta culpable, incomprendida y sola.

Características de una persona tóxica

  1. Manipuladora: controla las situaciones a su conveniencia, utilizando la culpa y chantajes emocionales.
  2. Crítica cruel: encuentra fallas en los demás y rara vez ofrece elogios.
  3. Egoísta: pone sus necesidades por encima de las de los demás.
  4. Falta de empatía: ignora o minimiza los problemas de otros.
  5. Víctima perpetua: culpa a los demás por sus problemas.
  6. Controladora: intenta aislar a la persona de sus amigos y familiares.
  7. Negatividad constante: se enfoca en el lado negativo de las cosas.
  8. Deshonesta: miente con frecuencia para evitar responsabilidad.
  9. Celosa y Posesiva: controla las relaciones de los demás sin justificación.

En un ambiente tóxico, la persona que puede ver con claridad la manipulación, los juegos de maltrato, las mentiras y las humillaciones, y decide no tolerar más esa insania, es frecuentemente etiquetada como la «problemática», la diferente o la oveja negra y la rebelde.

Dejar una relación tóxica es un acto de valentía y autocuidado. Desafortunadamente, esta elección viene acompañada con sentimientos de dolor, miedo y soledad durante el proceso. Reconocer las características tóxicas y entender que estos sentimientos son parte del camino hacia una vida emocionalmente saludable puede ayudar a fortalecer la resolución de alejarse de estas dinámicas destructivas.

 

La receta

Receta para dejar a los tóxicos

Ingredientes:

  1. Autoestima: valorar y reconocer tu propio valor sin depender de la aprobación de los demás.
  2. Autocuidado: priorizar tu bienestar físico y emocional, dedicando tiempo a actividades que te hagan sentir bien.
  3. Asertividad: expresar tus necesidades y límites de manera clara y respetuosa, sin miedo a la confrontación.
  4. Fortaleza: tener el valor de alejarte de lo que te lastima y encontrar personas que te valoran.
  5. Resiliencia: capacidad para levantarte de las adversidades, aprendiendo de ellas.

 

Afirmación personal para dejar a los tóxicos 

«Reconozco mi valor y merezco relaciones que me nutran y respeten. Me libero de la toxicidad y elijo rodearme de personas que me apoyen y me aprecien. No soy ni me siento una oveja negra por buscar mi bienestar a pesar de que me critiquen y me hagan sentir mal. Soy valiente y fuerte. Aprendo a priorizar mi felicidad y mi salud emocional. Confío en mi capacidad para crear una vida plena y satisfactoria, libre de relaciones que me dañen. Mis decisiones están guiadas por el amor propio y la búsqueda de un entorno saludable y positivo.»

 

Modo de preparación

  1. Reconoce la toxicidad: acepta que la relación es perjudicial. Esta es la base para iniciar el cambio.
  2. Fortalece tu autoestima: recuérdate diariamente tus cualidades y logros. Usa afirmaciones positivas para mantener una imagen fuerte y saludable de ti mismo.
  3. Practica el autocuidado: dedica tiempo a actividades que te nutran y te hagan sentir bien. Esto puede incluir ejercicio, meditación, lectura, o cualquier hobby que disfrutes.
  4. Desarrolla la asertividad: aprende a comunicar tus límites de manera clara y respetuosa. Practica decir «no» cuando sea necesario y expresar tus sentimientos sin temor a la confrontación.
  5. Busca apoyo: rodéate de personas que te valoren y te apoyen. Esto te proporcionará la fortaleza necesaria para alejarte de lo tóxico.
  6. Construye tu resiliencia: aprende de las experiencias pasadas y utiliza esas lecciones para fortalecerte. Recuerda que cada obstáculo superado te hace más fuerte y capaz.

Al seguir esta receta, estarás mejor preparado para dejar atrás las relaciones tóxicas y crear un ambiente más saludable y positivo en tu vida.

 

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