Hoy en día está prohibido para los patrones el exigir la presentación de certificados médicos de no embarazo para el ingreso, permanencia o ascenso en el empleo; antes eran de lo más común

Por Elisa Ibáñez 

Siempre es buen momento de celebrar los avances en los derechos de las madres trabajadoras en México, así como plantearnos qué falta por hacer al respecto. Los derechos de la mujer embarazada y en estado de lactancia están garantizados por la ley y han estado evolucionando en México en las últimas décadas.

Un ejemplo de esa evolución es la flexibilidad que se tiene ahora para tomar el descanso de maternidad, previa autorización médica y tomando en cuenta la naturaleza del trabajo que desempeña, la trabajadora puede transferir semanas de descanso previas al parto para después del mismo. Por mucho tiempo no existía esa flexibilidad y la asegurada debía tomar su permiso por incapacidad seis semanas anteriores al parto y seis semanas posteriores al mismo. 

Por supuesto, ese permiso de doce semanas es pagado en su totalidad a la trabajadora, siendo uno de los beneficios más importantes establecidos en la ley.

Otro de los beneficios recientes de las madres trabajadoras es el derecho a tomar dos descansos extraordinarios para alimentar a su bebé durante su jornada de trabajo hasta por seis meses.

Otros logros

Otra novedad es que ahora también se otorga un permiso con goce de sueldo a los padres de familia para ausentarse de su trabajo al nacimiento de su bebé, lo cual, en mi opinión debería ser con cargo al erario y no el empleador, para que sea el estado quien garantice equidad en los cuidados del recién nacido.

Otro logro relativamente nuevo es que hoy en día está prohibido para los patrones el exigir la presentación de certificados médicos de no embarazo para el ingreso, permanencia o ascenso en el empleo; antes eran de lo más común.

También está prohibido actualmente para los empleadores el despedir a una trabajadora o coaccionarla para que renuncie por estar embarazada, por cambio de estado civil o por tener el cuidado de hijos menores.

En cuanto a las demás obligaciones básicas, se resumen en proteger la salud tanto de la trabajadora en estado de gestación, como del bebé que espera; por lo que está prohibido hacerla trabajar en actividades insalubres o peligrosas, realizar trabajo nocturno, así como trabajar horas extras. 

Como podemos ver, son varios los beneficios con los que la mujer trabajadora cuenta hoy en día y que han sido resultado de varios años de evolución. Aun así, falta un poco más por hacer para llevar a México a un nivel internacional más competitivo.

Esas expectativas a futuro se pueden resumir en tres, el aumentar el periodo de lactancia de seis meses a dos años, como ya se analiza en iniciativas en ese sentido; aumentar el permiso de paternidad de cinco a veinte días, aunque como dije, eso lo debería pagar el estado y no los empleadores; y aumentar el número de salas de lactancia y guarderías en las empresas. El contar con mayores beneficios para las madres trabajadoras ponderaría a México en un mejor lugar en el ámbito internacional.

La autora es contadora pública certificada especialista en capital humano.

 eibanez@mmc-mx.com

 

Espera un momento…

0