Esta bebida se prepara con café negro, azúcar mascabado, whisky irlandés y crema batida, ideal para terminar una sobremesa

Por Ana Laura Martínez

El café es la bebida ideal para cualquier momento del día, ya sea a primera hora de la mañana o como para terminar una sobremesa. Imagina que tu dosis diaria se combina con uno de tus alcoholes favoritos como el gin, el vodka, el whisky, el amaretto, el tequila o el mezcal.

Combinar café con bebidas alcohólicas destiladas es bastante antiguo, aunque parece que mucha gente lo relaciona con el famosos carajillo, que tan popular se hizo desde hace algunos años.

 

El café irlandés

Exploremos el café irlandés, que efectivamente nació en Irlanda, en la localidad de Foynes, situado en el condado de Limerick, provincia de Munster, en 1940.  Foynes, tras la I Guerra Mundial, ya tenía aeropuerto internacional y se había convertido en un foco de atracción para los estadounidenses que querían entrar a Europa.

Gracias a la demora de un vuelo por mal tiempo,  en 1943 Joe Sheridan improvisó una bebida que tenía como base el café caliente y a la que, para calentar los corazones de los pasajeros, le agregó whisky, dando inicio al antecesor del café irlandeés.

La elaboración original contiene los siguientes ingredientes:

Whisky irlandés (obvio)              2 a 2.5 onzas

Café filtrado                                  8 onzas

Azúcar mascabado                       50 ml

Crema batida montada               50 ml aproximadamente

 

La receta

Un punto importante al preparar esta bebida es que tanto el café como el whisky y la crema deben ser de buena calidad.

Para elaborar el café, lo primero es vaciarlo al recipiente de vidrio, hay una copa especial con asa, añadir el azúcar, luego el whisky, se flamea y finalmente, se corona con la crema batida montada.

De manera opcional, puede llevar sobre la crema: nibs de cacao, canela molida, nuez moscada  o chocolate rallado.

 

Espera un momento…

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