“Antes quería regresar a la montaña a meditar, hoy, la montaña está conmigo, y casi puedo estar en cualquier lugar tranquila. La vida me ha enseñado que esté en donde esté, puedo estar bien si así lo elijo. Todos los días me comprometo conmigo misma, antes era una Karina estresada, complaciente, ahora lo más importante es mi vida, así puedo contribuir más al planeta y a mí misma”
Por Mónica Márquez
La historia de Karina Ramírez, viviente de la vida y de las experiencias diversas, es una historia inspiradora de una mujer que ha vencido dos veces al cáncer y que disfruta el baile, la meditación, la música y todo lo que le aporte sensaciones positivas.
Karina, de 58 años, nació en la Ciudad de México, aunque desde el 2003 tiene domicilio en Chula Vista y Tijuana; profesionalmente se desempeña como agente aduanal junto a sus socios, su papá y hermanos, dedicados también al rubro. Su vida transcurrió con normalidad hasta el 2015.
Gracias a que siempre ha escuchado a su cuerpo, en noviembre de ese año se dio cuenta de que algo estaba mal. “Me comienza a salir leche de un seno y a doler la mama y no puedo dormir de ese lado porque está muy inflamado. Acudo al médico, me realizan un ultrasonido y mamografía me dicen que no tengo nada, que solo está inflamado. Tomo las medicinas, pero sigo sintiendo que en mi cuerpo algo no está bien y me empieza a sangrar el pezón”, recordó Karina, facilitadora de conciencia.
Su primer diagnóstico
Karina se encontraba en ese proceso cuando la vida la sorprendió con un acontecimiento: por querer bajar una guayaba de un árbol, se cayó, le hicieron una tomografía que arrojó como resultado un tumor benigno en la cabeza, el cual lo asocian con el hecho de que la mama lactara y después que sangrara su pezón, la alerto más.
Ella siguió con molestias en el seno y su intuición de que algo no andaba bien la llevó a pedir otras opiniones médicas y a realizarse nuevos estudios, que finalmente le confirmaron la presencia de un tumor en la mama.
“Me realizan la biopsia y el resultado que obtengo es cáncer de mama, me dijeron que me tenían que operar y les dije que aplazaría la cirugía, que me dieran tres meses. Estuve haciendo preguntas y me llegó información de un oncólogo pediatra de España que tiene un protocolo al que llama la desintoxicación de los tres basureros del organismo, que son los pulmones, el hígado y los riñones.
“Por tres meses, no consumí ni carnes, ni lácteos, nada de frutas y azúcar, solo verduras, granos y nueces, además seguí el protocolo de los tés para desintoxicarme y tomé suplementos. Me dediqué a estar muy presente con mi cuerpo y con mi vida, muy atenta a los mensajes que me mandaba la vida y meditando seguí mi saber, en esa conciencia de hacer preguntas”, explicó.
Siguiendo este protocolo, su tumor se encogió y finalmente lo extirparon.
Un enfermedad psicosomática
“Para mí, el cáncer es una enfermedad psicosomática en mí y en toda mi familia, por las historias de cáncer de tuvieron mis tías, mi mamá y mi papá, sus emociones perturbadas, aunque ese es mi punto de vista y cada quien tenemos que encontrar las herramientas y lo que nos funciona”, compartió Karina, quien también es instructora de meditación desde el 2006.
Aseguró que cuando estás en conciencia con tu cuerpo, sabes dónde está la emoción perturbada, por ello tomó la difícil decisión de terminar con su matrimonio y darle pausa a su carrera como agente aduanal, con la finalidad de estar tranquila y relajada en todo su proceso y recuperación.
“Necesitaba ese espacio en el que no me afectara nada de lo que estaba sucediendo, solo ser la observadora de la película de mi vida”, expresó.
El segundo diagnóstico
Karina realizó cambios en su vida que le brindaron la tranquilidad que necesitaba, pero siete años después el cáncer se volvió a activar en otra parte de su cuerpo, luego de tener dos pérdidas muy importantes en su vida.
“Este fue un regalo porque estaba en una zona de confort, no me lo esperaba así y tampoco esperaba un cáncer; lo recibí sin miedo. No hice el mismo protocolo porque cada cáncer es diferente, fui con una nutrióloga y vimos unos suplementos, hice otros tés diferentes a los de la primera vez; llevé un protocolo de tres meses de desintoxicación y también se encapsuló y me lo sacaron”, relató.
Adicionalmente, compartió que llegaron personas a su vida que contribuyeron en su recuperación a través de sanaciones con imanes y ozonoterapia, así como medicina alopática.
“No hay una fórmula que lleve a la sanación, lo importante es estar en conciencia, estar presente con tu cuerpo, con la vida y los mensajes de las personas, no concluir ni estandarizar”.
Un antes y un después
Sin duda, estas dos pruebas han sido un parteaguas en su vida, permitiéndole descubrir que la Karina de antes del cáncer vivía en constante estrés. “La Karina de antes vivía estresada a pesar de tanta meditación, se iba a la montaña, era muy feliz y cuando regresaba a la realidad, se volvía a enganchar en el drama y la vida acelerada.
“Hoy, la montaña está conmigo, puedo estar en cualquier lugar y estar sumamente tranquila. La vida me ha enseñado que esté en donde esté puedo estar bien si así lo elijo. Todos los días me comprometo conmigo, antes era una Karina complaciente, ahora lo más importante es mi vida, y así puedo darle más al planeta y a mí misma”, expresó emocionada.
Divorciándose del cáncer
Estas experiencias la motivaron a escribir su libro Divorciándome del Cáncer con Amabilidad que esta en proceso y saldrá el próximo año, también cuenta con un podcast bajo el mismo nombre, y un programa de acompañamiento, siendo estos proyectos parte de su legado para las mujeres que atraviesan por esta enfermedad.
Dijo que ella se divorcia del cáncer manteniéndolo desactivado, pues es muy similar a como es un divorcio con una persona. Si viene otro cáncer, no le preocupa porque considera que mucho de lo pesado que es la enfermedad es por la carga energética tan pesada y sólida que le damos.
“Los invito a que se hagan la pregunta: qué regalo hay aquí que no he visto, que si lo viera todo cambiara”, finalizó.
En breve
Música favorita: de todo menos rock progresivo
Libro favorito: Siendo tú Cambiando el Mundo de Dain Heer Mayor debilidad: la distracción de la conciencia
Mayor fortaleza: saber que pase lo que pase confío que estaré bien
Frase favorita: yo estoy bien, contigo, sin ti o a pesar de ti”