Agradecer los alimentos que consumimos es un ritual antiguo que está presente en muchas culturas a lo largo de la historia, asociado entre nosotros a la religión cristiana y no es necesariamente exclusivo de ella.

Por Ana Laura Martínez Gardoqui

“La gratitud es la memoria del corazón”, Lao Tsé.

Si bien noviembre es el mes donde se celebra el día de Acción de gracias o “Thanksgiving”, el origen es compartir bendiciones y buenos deseos con la familia y los seres más cercanos, agradecer especialmente por las bondades que la vida nos ha dado tiene su origen en la creencia, en la prosperidad, la fé en una tierra libre y querida por Dios.

Dios, la vida, el Todopoderoso, el universo, la energía, como quieras llamarlo, nos da lo que pedimos y más, y a veces somos más dados a pedir que a agradecer. Cuando bebas agua, recuerda la fuente, dice un proverbio chino, porque es común olvidarnos o dar por hecho cosas tan simples como respirar, sentir frío o calor, poder digerir o tener agua, alimentos, casa… Muchas de las situaciones que vivimos, de las bendiciones que la vida nos concede, damos por hecho que las tienen todos y eso no es así.

 

Da las gracias

Si en la vida tu única oración fuera “gracias”, con ella sería suficiente, dice Eckhart Tolle, escritor alemán.   

Si al decir gracias lo hacemos conscientemente y nos mantenemos en este modo de agradecido, nuestras relaciones y forma de estar en la vida se traducirá en bienestar. Mostrar gratitud con un abrazo, una nota, un regalo, una sonrisa, es dar luz a este mundo que tanto la necesita. Este estado anímico de agradecer debía de ser un hábito a cultivar cotidianamente.

Para la cena de este Thanksgiving, te sugiero hagas en familia un diario de gratitud, es un ejercicio el cual consiste en escribir después de reflexionar todo aquello por lo cual dar gracias, ojalá contenga lo de varios días. Te sentirás más optimista, feliz y comprometido y el efecto de la familia te sorprenderá.

El recuento de todas las bendiciones que has recibido a lo largo de tu vida y de las que ahora mismo tienes. Sentir tu respiración, la palpitación de tu corazón, nos dice que estamos aquí todavía porque tenemos un propósito y que podemos seguir avanzando a nuestros objetivos, sin importar las circunstancias que estamos pasando.

 

Sabías que…

Agradecer los alimentos que consumimos es un ritual antiguo que está presente en muchas culturas a lo largo de la historia, asociado entre nosotros a la religión cristiana y no es necesariamente exclusivo de ella. Por ejemplo, nuestros hermanos rarámuri en Chihuahua tienen la siguiente oración cuando comen carne:
“Nosotros y nuestros hermanos animales nos entendemos y compartimos la tierra, pero ellos son más nobles porque ofrecen su carne para nutrirnos. Honrados sean”.

El origen del guajolote

El origen del guajolote en sus dos especies: Melleagris gallopavo nativo de Norteamérica y Melleagris ocellata de los bosques de Yucatán, constituyen tradicionales pavos para festejar la Navidad de Noche Buena de los mexicanos y la Acción de Gracias del Thanksgiving de Estados Unidos de América. La primera, un legado del nacimiento de Jesús para los cristianos después de la Conquista de los españoles en 1521 de la Gran Tenochtitlán, ahora Ciudad de México. La segunda, viene de la llegada a Plymouth Rock de los Pilgrims  (Peregrinos) en 1620 hacia un invierno devastador, al perder 46 personas de los 102 originales que arribaron del Mayflower. Al año siguiente, la cosecha fue tan abundante que los colonos restantes celebraron por tres días una fiesta como agradecimiento a los indígenas anfitriones Wampanoag, para ser invitados de honor, con el platillo principal del Turkey o Guajolote salvaje. Años después, ese festejo se convierte en el famoso emblema del primer Thanksgivinig.

Los peregrinos no conocían el maíz antes de conocer a los indios, quienes les dieron semillas de maíz y les enseñaron cómo cultivarlo. Actualmente, se siembra en EUA más hectáreas de maíz que cualquier otro grano.

El cultivo del maíz fue muy importante para los peregrinos y los nativos indígenas. Era el plato principal y se consumía en toda la comida. Había muchas variedades de maíz: blanco, azul, amarillo y rojo.

Alguna cantidad de maíz se secaba para preservarlo y guardarlo como alimento para los meses de invierno. El maíz siempre se trillaba para hacer harina de maíz, la cual se podía usar para hacer pan de maíz, pudín de maíz, jarabe de maíz, o se podía mezclar con frijoles para preparar succotash (cocción de granos enteros de maíz)

 

George Washington hizo la siguiente Proclamación de Acción de Gracias:

“Es nuestro deber como personas con reverente devoción y agradecimiento, reconocer nuestras obligaciones al Dios todopoderoso, e implorarle que nos siga prosperando y confirmando las muchas bendiciones que de él experimentamos”.

 

analaura@culinaryartschool.edu.mx

 

 

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