La fuerza de la amistad y el impulso de su familia

Por Ana Patricia Valay

 

De las calles de Tijuana a la consolidación de un sindicato nacional: un recorrido de 35 años donde la amistad, la lealtad, la resiliencia y el impulso de sus hijos marcan el camino

 

Raíces en Tijuana: el origen de una vocación

Mario Madrigal Magaña nació en la colonia México, una zona popular de Tijuana, Baja California. Es primera generación de su familia en esta ciudad fronteriza, y aunque creció en esta modesta colonia, una de las más antiguas del municipio, sus sueños siempre fueron grandes.

Estudió Derecho en la UABC, y aún siendo estudiante, su liderazgo natural se hizo evidente: formó parte de revistas estudiantiles, alzó la voz en pequeñas luchas escolares y, sin proponérselo, comenzó a construir una visión de comunidad que nunca lo abandonaría.

“Uno va encontrando las personas indicadas en el camino”, reflexiona hoy, recordando los años en que la amistad, más que un valor, fue su ancla para ir construyendo su legado.

De estudiante a fundador sindical

A Mario Madrigal la vida lo fue llevando de los pasillos de la universidad a los terrenos de la lucha laboral, y tras trabajar en proyectos universitarios desde el Departamento de Bienestar Estudiantil y en la formación de jóvenes para el trabajo, una invitación marcaría un antes y un después en su vida.

Fue la del ingeniero Jorge Hank quien lo buscó para integrarse a un nuevo proyecto laboral en el Hipódromo, justo cuando comenzaba la llegada de la tecnología en apuestas vía satélite. La misión: formar y capacitar jóvenes de 18 años, especialmente aquellos que no encontraban puertas abiertas en otros espacios.

Mario aceptó el reto con la idea de estar solo un año, ayudando a construir un entorno de trabajo con horarios flexibles y visión de futuro. “La madurez no tiene edad —decía—, y muchos solo necesitan una oportunidad para construir su propio proyecto de vida laboral”.

Aquella apuesta inicial se transformó en un compromiso de cinco años que lo llevaría a recorrer toda la República.

Así, nació el Sindicato Nacional de Trabajadores Operadores de Libros y Establecimientos de Diversión, Hoteles, Restaurantes, Comunicaciones y Servicios en Entidades Locales y Federales, SINTOLED.

El proceso no fue fácil: tardaron cuatro años en obtener su registro oficial, pero la semilla estaba plantada. Hoy, SINTOLED cuenta con más de 8 mil trabajadores en el sector de juegos y apuestas, y tiene presencia en 28 estados de la República.

«Siempre soñé que el sindicato fuera un medio para que los jóvenes crecieran, no su destino final», asegura con convicción.

 

El valor de la amistad en el liderazgo

Más allá de estrategias sindicales o cantidad de afiliados, Mario Madrigal siempre ha puesto un valor al centro de su vida: la amistad.

“La amistad es acompañamiento, no competencia”, afirma. Para él, un verdadero amigo es quien te impulsa, te sostiene en las caídas y se alegra de tus éxitos. Esta filosofía no solo ha moldeado su vida personal, sino también su estilo de liderazgo: construir redes de colaboración auténtica, basadas en la confianza, la lealtad y el respeto mutuo.

“Un buen recuerdo abre puertas”, dice. Y en su trayectoria, son precisamente esas puertas abiertas las que lo han llevado más lejos que cualquier título o cargo.

 

Adaptarse para no morir: innovación sindical

Madrigal Magaña entiende que ningún legado se mantiene vivo si no evoluciona.

De hecho, justo antes de la pandemia y de la mano de su hijo Jorge Mario, quien le hizo ver que había que adoptar una nueva visión de comunidad, le apostó a una reingeniería dentro de la estructura sindical. Empezaron a contratar gente joven y las empresas les abrieron las puertas, porque fue un proyecto medible para generar esos espacios.

Luego, la pandemia de COVID-19 aceleró cambios profundos en el mundo laboral y en la vida de los trabajadores, y lejos de resistirse, SINTOLED se transformó.

Así es como se impulsó una profunda reestructuración interna. Se incorporaron programas de salud mental; se creó la Secretaría de Igualdad de Oportunidades sin importar género o discapacidad, misma que encabeza su hija Desirée, y se le ha apostado a capacitaciones en nuevas tecnologías para preparar a sus agremiados, entre otras cosas, ante el avance imparable de la inteligencia artificial.

“No podemos quedarnos en el pasado. “Tenemos que formar personas que puedan adaptarse, aprender y soñar distinto”, señala.

 

Más que un líder, un padre

Más allá de su labor sindical, Mario Madrigal se reconoce como un padre orgulloso.

Con sus hijos Jorge Mario y Desirée, ha construido una relación basada en la confianza, los valores y la visión de servicio a la comunidad. Y aunque en manera de pensar a veces difieran, lo cierto es que coinciden en su misma visión de vida, y han sido ellos quienes le han traído aires de renovación al sindicato que fundó.

«Gran parte de lo que he logrado ha sido gracias a mi pareja, a mi esposa Lourdes Silva Valencia y a mi familia que son quienes me acompañan en el camino», afirma con emoción.

 

Un legado que sigue creciendo

A sus 35 años de trayectoria sindical, Mario Madrigal no piensa en retirarse. Piensa en sembrar más sueños.

Su próximo proyecto personal es un libro titulado El elefante y su manada, una oda a la amistad y al trabajo colectivo. No por casualidad: entre sus amigos cercanos, el apodo de “elefante” le recuerda la fuerza, la memoria y el espíritu de manada que lo definen.

Así, desde la colonia México hasta los foros nacionales de diálogo sindical, la historia de Mario Madrigal Magaña es una lección de vida, donde el verdadero poder no está en las posiciones conquistadas, sino en las amistades cultivadas, en el acompañamiento de su familia y en las semillas de esperanza sembradas en cada paso.

 

¿Su consejo para las nuevas generaciones?

“Nunca dejes de soñar, pero tampoco de luchar. Los sueños no llegan del cielo: se construyen con esfuerzo, solidaridad y fe en los demás”.

 

«Nunca dejes de soñar, pero tampoco dejes de luchar. Los sueños no llegan del cielo: se construyen con esfuerzo, solidaridad y fe en los demás» .— Mario Madrigal Magaña

 

EN BREVE

Frase favorita: «Nunca dejes de soñar, pero tampoco dejes de luchar».

Mayor fortaleza: La amistad.

Mayor debilidad: La impaciencia.

Un sueño pendiente: Seguir sembrando sueños en las nuevas generaciones.

Espera un momento…

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