
“Ir más allá de las pantallas equivale a lograr un equilibrio entre la tecnología y tu autoridad; los padres debemos ayudar a los hijos a desarrollar hábitos que les permitan navegar en la era digital sin ser dependientes de ella”
Por Gabriel Bello
Hay muchos factores que complican la crianza: falta tiempo para ejercer el rol de padres, hijos al cuidado de terceros, padres ausentes, padres con poca información sobre su rol, hijos creciendo solos, etc.; sin embargo, nunca habíamos enfrentado este fenómeno que cada día se presenta en más familias: hijos inmersos en tecnología, y padres con poca o nula autoridad sobre ellos.
Muchísimos padres han convertido los dispositivos electrónicos en “la nana o cuidador de sus hijos” y están tranquilos con eso porque de esta manera, se aseguran de que no anden en los “peligros” de la calle, los prefieren encerrados en su recámara.
Sin embargo, pasar demasiado tiempo en los dispositivos electrónicos genera en los hijos: dependencia, estrés, irritabilidad, intolerancia, impulsividad y disminución del autocontrol. En estas condiciones emocionales es complicado el cumplimento de limites y normas impuestos por los padres.
Y si a esto le agregamos que muchos ya tiraron la toalla al verse rebasados por la tecnología: “todo el día en el celular, ya ni me hace caso”, “prefiero hacerlo yo que pedírselo a mi adolescente”, “desde que le di celular siento que lo perdí”, “no quiero ser un padre controlador, espero que solito se aplique”, “el control parental lo desactiva, es experto en tecnología”…
El trabajo formador de nosotros los padres va más allá de las pantallas, estamos criando una generación digital que requiere liderazgo paterno actualizado; padres que comprendan las necesidades tecnológicas de sus hijos, y que fijen límites saludables.
Reglas de oro
– Monitorear la búsqueda en internet para frenar o restringir páginas con contenido riesgoso para la edad.
– Enseñar a sus hijos a evaluar de manera crítica, la información en línea, tomando como base que no todo lo que se publica es cierto.
– Establecer actividades alternativas físicas, para la diversión y el entretenimiento.
– No utilizar “más tiempo en pantallas” como premio ni como objeto de negociación.
– Tener por lo menos 10 juegos de mesa adecuados a la edad de sus hijos, y establecer dos días al mes para divertirse sin estar conectados.
– Reglamentar pantallas apagadas 30 minutos antes de acostarse, y la entrega del celular para ser recargado en la recámara de los padres.
– Por supuesto, prohibir videojugar después de las 10:00PM.
– Fomentar el diálogo en cada traslado; ni tu adolescente con audífonos puestos ni el radio del auto prendido; dialogar temas de su interés.
– Ser como padres, un buen modelo de comportamiento tecnológico: no videojueguitos en el celular, no dependencia al scrolling y no ver el celular en cada semáforo.
Ir más allá de las pantallas equivale a lograr un equilibrio entre la tecnología y tu autoridad; los padres debemos ayudar a los hijos a desarrollar hábitos que les permitan navegar en la era digital sin ser dependientes de ella.
El autor es psicólogo.
Ced. 6357192