“Seguimos trabajando, soy una diputada bajacaliforniana, orgullosa de ser mexicana, y enfocada en mejorar  las condiciones de vida de  todas las personas; sin importar si residen en mi distrito o a mil kilómetros de aquí; todos somos seres humanos y merecemos respeto, dignidad y oportunidades para progresar”

Por Mónica Márquez

En el complejo escenario de la política fronteriza, pocas figuras encarnan la resiliencia, la empatía y un sentido humanista, como la Diputada Federal Evangelina Moreno Guerra. Su incursión en la política fue impulsada por una profunda vocación de servicio social y por la necesidad de “equilibrar las cosas” —como ella misma dice— en una tierra de migrantes y grandes desigualdades.

Si bien hoy su trayectoria le permite estar en las curules de la Cámara de Diputados, sus inicios fueron muy distintos y hablan de una mujer muy trabajadora, resiliente y con un genuino compromiso con la justicia social. Le tocó iniciar su negocio de ventas por internet con tan solo una mesita y una computadora de segunda mano.

Su persistencia y esfuerzo constante transformaron aquella mesita en una exitosa empresa binacional de productos naturales de salud y belleza. Todo este esfuerzo, impulsada también por su firme deseo de estar presente en la crianza de su hija, de ser una madre responsable y un ejemplo para su única hija, Eva.

 

De las ventas a la política

Evangelina creció observando las desigualdades de Tijuana, una tierra compuesta en su mayoría por migrantes y marcada por la lucha por un espacio justo. Desde muy joven, su trabajo en distintas asociaciones civiles le dejó una conclusión: si podía lograr cambios como activista, siendo parte del gobierno podría alcanzar una transformación mucho mayor. Esa convicción la impulsó a involucrarse en la política desde 1998.

“Tuve un padre muy noble y generoso, le decían ‘el amigazo’. Crecí viendo cómo, sin pedir nada a cambio, ayudaba a las personas en situación de calle y a familias que habían emigrado a esta ciudad solo con la esperanza de mejorar su calidad de vida. Les proveía chamarras y cobijas, los empleaba y les apoyaba también con alojamiento, preocupado por ofrecerles un lugar seguro y donde pudieran hacer una comida caliente. Los protegía como si fueran parte de su familia y lo hacía cuidando también su dignidad. Esto es mi referente cercano más grande de altruismo y se convirtió en mi más grande misión en la vida”, nos compartió visiblemente emocionada y orgullosa de ser hija de “el amigazo”.

Su vocación de servicio

Un episodio de su vida que la ha hecho una mujer aún más fuerte y resiliente fue su diagnóstico de cáncer de mama en el 2015, el cual ha manejado no solo como un asunto personal de superación, sino también como una plataforma activa para impulsar su trabajo legislativo y social, especialmente en el ámbito de la salud.

“Tuve que entender que estaba viva hoy, que tenía que vivir intensamente y que el miedo me quitaba minutos de vida… El ser una sobreviviente implica que uno sea valiente; vibrar alto impide que regrese el cáncer, el disfrutar la vida y agradecer el aire frío que roza mi cara, que lo siento porque estoy viva”, reflexionó.

 

El Legado del cuidado

Precisamente esa conciencia sobre la fragilidad de la vida y el valor de la asistencia humana es lo que impulsa su visión legislativa. Si fuera reelegida diputada, a Evangelina le gustaría dejar un legado sólido en relación con los derechos de los ciudadanos como seres humanos.

“Tengo una iniciativa (en proceso de dictaminación) que se refiere a la Ley de Cuidados, reforma constitucional que propone que se reconozca como un derecho el cuidar a una persona y que te cuiden el día de mañana; que en la constitución se reconozca este derecho es muy importante.

“Seguimos trabajando, soy una diputada bajacaliforniana, orgullosa de ser mexicana, y enfocada en mejorar  las condiciones de vida de  todas las personas; sin importar si residen en mi distrito o a mil kilómetros de aquí. Todos somos seres humanos y merecemos respeto, dignidad y oportunidades para progresar. Cuando se trata de impactar positivamente la vida de alguien más, para mí no existen los límites territoriales; nadie que se me acerca en búsqueda de algo justo, se va con las manos vacías”, concluyó.

Espera un momento…

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