La falta de supervisión y la ausencia de una autoridad constante genera comportamientos inadecuados en los adolescentes, quienes pueden sentirse tentados a explorar límites y experimentar con conductas de riesgo

Por Gabriel Bello

Los tiempos en los que papá salía a trabajar a la fábrica o a la oficina, y mamá se quedaba en casa a cocinar, hacer los quehaceres, revisar las tareas, cuidar y educar a sus hijos, ya es asunto del pasado.

Hoy en día, el esquema familiar está totalmente modificado. Hoy, ambos padres trabajan y al mismo tiempo deben formar a sus hijos. 

Una de las principales consecuencias de esta nueva dinámica familiar es que los adolescentes están buena parte del día solos o bajo la supervisión de terceras personas, quienes se encargan básicamente de alimentarlos y cuidarlos.

¿Y quién se encarga de la disciplina? ¿de formar en ellos hábitos? ¿del buen comportamiento en casa o en la escuela? ¿de enseñarles valores?

Mira, cuando los padres se ven en la necesidad de trabajar y dejar a sus hijos al cuidado de terceras personas, es esperado que se generen algunas consecuencias en la vida de los hijos, esta situación puede tener un impacto significativo en su desarrollo emocional, social, académico y, por supuesto, de impacto negativo en su comportamiento.

 

Consecuencias de crecer solos

En mi práctica profesional he encontrado por lo menos cinco consecuencias de crecer solos o al cuidado de terceras personas:

  1. Los adolescentes pueden experimentar una sensación de abandono cuando sus padres tienen una presencia escasa o muy limitada en su vida diaria.
  2. La falta de interacción regular con sus padres puede propiciar una disminución en el vínculo entre padres e hijos.
  3. Creciendo solos aumenta el riesgo de influencias negativas.
  4. La falta de supervisión y la ausencia de una autoridad constante genera comportamientos inadecuados en los adolescentes, quienes pueden sentirse tentados a explorar límites y experimentar con conductas de riesgo.
  5. Cuando los padres no están presentes de manera regular, los adolescentes pueden sentirse libres para hacer lo que deseen.

Si los hijos crecen sin disciplina, sin supervisión, sin autoridad, sin la presencia de sus padres, tendrán más dificultad en lograr sus metas y funcionar en un mundo que está totalmente normado.

 

Entonces ¿qué hacer? 

Los adolescentes necesitan una estructura compuesta de estos 5 factores:

  1. Reglas y límites

Son pautas necesarias para que los adolescentes aprendan a regular su comportamiento y tomen decisiones responsables

  1. Horarios para sus privilegios.

Con un horario definido, aprenden a organizar su tiempo de manera eficiente y a priorizar sus responsabilidades.

  1. Hábitos y rutinas

Fomentan la independencia y la autonomía en los adolescentes como levantarse temprano, realizar las tareas del hogar y escolares, mantener orden y limpieza en su espacio personal, por ejemplo.

  1. Comunicación activa con sus padres

Es vital para expresar las emociones, preocupaciones e inquietudes, también permite obtener consejos y orientación en momentos difíciles; fortalece los vínculos familiares y promueve un ambiente de confianza mutua.

  1. Figura de autoridad en sus padres

Fomenta el afecto y la autoestima, la confianza de sus hijos, proporciona un sentido de responsabilidad hacia el cumplimiento de obligaciones; todo en casa funciona sin tanto estrés.

  1. Tolerancia a la frustración 

Para no enojarse en este proceso de aprendizaje, porque esta estructura es disciplina, y la disciplina en un adolescente es aprendizaje y desarrollo de habilidades para la vida.

 

Como padres de adolescentes, sí se puede vivir sin tanto estrés si tomas tiempo para reestructurar la dinámica diaria de tus hijos; créeme, vale la pena hacerlo.

 

Espera un momento…

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