
Por Mónica Márquez
El arquitecto Álvaro Andrés Álvarez Bustamante ha transitado del diseño de rascacielos al arte, una pasión que lo ha guiado desde la infancia. Después de trabajar en proyectos ambiciosos, decidió seguir su vocación por las artes plásticas. Con su obra, busca dar nueva vida a materiales de desecho y contar historias de resiliencia en la frontera de Baja California.
Álvaro, de 33 años, egresó de la licenciatura en Arquitectura por la Universidad de Cornell en Nueva York en el 2015, aunque su pasión por las artes plásticas lo hizo cambiar el casco y las botas por el pincel y el cuaderno de dibujo.
“Yo llegué a la arquitectura por medio del arte, dibujando edificios desde muy chico; el camino que me llevó a la arquitectura fue el dibujo y el arte. Después de haber hecho dos proyectos importantes de arquitectura fue cuando cambié 100% al arte inspirado en la arquitectura”, recordó el artista plástico tijuanense.
Con tan solo 26 años, Álvaro hizo realidad un sueño de la infancia al completar dos de sus proyectos más ambiciosos: la torre de 15 Hudson Yards en Manhattan, un rascacielos residencial de 70 pisos, y el lujoso Hotel Edition en la Riviera Maya.
Dejando atrás la etapa en Nueva York y tras una conversación con Dios, consigo mismo y con su mamá Liliana Bustamante, Álvaro comprendió que su verdadera pasión por la arquitectura no era la construcción, sino la posibilidad de crear mundos y espacios sin límites.

Su transición al arte
Tomada la decisión, Álvaro participó en una serie de pequeños proyectos que se fueron sumando. “Al principio no fue un gran banderazo, fue una acumulación, fue gracias al apoyo de mi mamá que me permitió el tiempo y el espacio para irlo desarrollando”.
El arquitecto y artista plástico dijo que su primer gran proyecto fue en el aeropuerto de San Diego en el 2022, donde exhibió 10 de sus pinturas en la terminal 2, generando en él gran satisfacción.
Posteriormente, trabajó en 46 Renacimientos, un proyecto artístico que habla de los 46 edificios que fueron abandonados en la costa de Tijuana-Ensenada en el 2008, quedando congelados en el tiempo por 15 años.
“Hasta ahora están renaciendo, es por eso que para celebrar ese revivir de nuestra hermosa playa y la arquitectura, hice este proyecto de 46 esculturas, cada una representa uno de los edificios. Presenté esta exhibición en el Día de Muertos en el 2023 y 2024”, explicó.
“La sociedad ha sido muy receptiva al compartir y contar las historias de estos edificios abandonados. Cuando estaba en Nueva York haciendo el rascacielos, una parte de mí siempre tuvo la duda de que algo iba a pasar: “se va a detener el proyecto y me lo van a dejar a medias”, porque crecí viendo esto”, añadió. Me reconforta el poderles decir por medio del arte que podemos revivir, sobre todo en Baja California que somos tan resilientes”.

Edificios, fuente de inspiración
Desde niño, Álvaro creció en una Tijuana de los 90 ‘s en la que no hubo mucho desarrollo arquitectónico, como el que se está viviendo en la actualidad.
“Cuando observaba la arquitectura de Tijuana era geométrica, de muchos colores, vinculada a la que se origina en la Ciudad de México. Ahora es diferente, Tijuana tiene su propia identidad arquitectónica, pero en ese entonces al tener la cercanía con una región fronteriza la comparaba con la de San Diego, la cual era más brutalista combinada con resort. Tijuana y San Diego tienen muchos hoteles, eso fue lo que marcó la influencia de dibujar hoteles”, relató.
Compartió que su niñez fue muy bonita, ya que su mamá fue quien le dio las herramientas necesarias y lo impulsó a dibujar; ahora, en su adultez, su inspiración sigue siendo la frontera y la arquitectura.

Su proyecto actual
Recientemente, Álvaro presentó su proyecto “AbandonmenTissues» en la Casa de Flor Art Gallery en San Diego. Esta exhibiciṕn, que consta de 25 esculturas abstractas, habla sobre los efectos del crecimiento, de la comercialización y el renacer artístico fronterizo.
“AbandonmenTissues habla sobre objetos abandonados que pueden renacer; objetos que iban a terminar en la basura o que son el residuo de este macro comercio binacional. Tengo mi taller en San Ysidro y en Tijuana, y lo que observo es mucha carga y descarga de mercancía, que tiene consecuencias: mucho empaque desechado”.
El artista explicó que con estos materiales desechados, como papel, maderas y trozos de foam, creó diferentes esculturas, transformándolos y dándoles una nueva vida.
Para concluir, aconsejó a los futuros arquitectos cuidar de su salud, ya que es una profesión que si no se negocia puede resultar en largas jornadas de trabajo, estrés y en la pérdida del equilibrio entre la vida laboral y personal.
“Denle oportunidad a lo que a primera impresión no parezca tener valor, a lo mejor es un pedazo de foam, la decisión de hacer un dibujo o una maqueta, o contar una historia, entonces denle una oportunidad porque sí tiene mucho valor”, finalizó.
En breve
-Artículo indispensable: un bálsamo
-Música favorita: depende de mi estado de ánimo
-Libro favorito: La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas de Marcia G. Power
-Mayor debilidad: el queso
-Mayor fortaleza: mi voluntad
-Frase favorita: “Al ojo del amo, crece el caballo”