
Hay noviazgos de días, semanas, meses o años, pero cada día que pases en esa relación deberá ser no solo agradable y placentera su compañía, sino una oportunidad de crecer como ser humano.
Por David Sotelo Felix*
“Ah! ¡Bendita soltería! ¡¡No me abandones jamás!!” Frase que en épocas anteriores solía exclamarse más en son de broma, a últimas fechas se afirma cada vez más como una intención y casi una plegaria. ¿Qué ha sucedido que pareciera que la palabra misma “novios” causa temor y repulsa entre los y las jóvenes? ¿Que incluso siéndolo en los hechos, rehúsan colgarse el título como tal? ¿Será que papás y abuelos inadvertidamente sembraron un temor excesivo a las heridas sentimentales que se sufren en las relaciones de pareja? ¿O que hicieron pensar a sus tesoritos que casi nadie en la tierra los merecía? ¿O quizá simplemente vieron como Papa y Mama la vivían como “perros y gatos” y decidieron que eso no era para ellos? El origen de este fenómeno merece ser abordado en otro momento.
Por ahora, me quiero centrar más en las bondades y ventajas de vivir la experiencia de noviar, de ser posible varias veces, antes de casarse o decidir unir sus vidas con su pareja. Tengo la impresión que se ha perdido de vista en mucha de la juventud actual.
¿Para qué andar de novios?
- Lucirás físicamente mejor: hay personas que de una manera muy natural o quizá por la educación que recibieron, se esmeran en su presentación a diario. Con o sin pareja lucen sus atributos físicos cuidando de su arreglo, vestimenta, peso, peinado y demás. Pero para la mayoría el incentivo que necesitan para cuidar su apariencia es el tener novio(a) o estar en la búsqueda de uno(a).
- Mayor autoconocimiento y del sexo opuesto: hay aspectos de tu personalidad y de tus preferencias que solo vas a aclarar a través de una relación de noviazgo. Igual aplica en cuanto al sexo opuesto. Tu maduración como pareja se dará solo en este contexto. O sea, ¿cómo aprender a ser mejor pareja sino al vivirlo?
- Te esforzarás por ser una persona más valiosa: tanto les han dicho que no les importe lo que otros digan o piensen de ellos que se ha creado ya una cultura del “¿Y que tiene?”, donde todo se vale y se creen merecedores de lo mejor de esta vida sin dar nada o casi nada a cambio, pero la realidad es muy distinta. Valoramos a través de los sentidos y la atracción también inicia ahí. Quien lo niegue se engaña. Y aquí ya no hablo del físico. Lo que te hará valioso(a) a un(a) potencial novio(a) incluye también tu conversación, tu trato, tus intereses, tus pasiones y pasatiempos. Buscarás ser más interesante y que tu presencia resulte estimulante, agradable y divertida. Pero esto ocupa cierto esfuerzo y, por qué no decirlo, cierta necesidad o preocupación por agradar.
- Te hace levantar la cabeza o sacarla de la arena para contemplar más de cerca el mundo adulto. Noviar te pone de frente con el compromiso con una pareja y con su familia hasta cierto punto (si, si te casas con la familia de tu pareja). Te hace pensar seriamente en la siguiente fase: vivir juntos, casarse, tener hijos, rentar o comprar casa, etc. Incluso, aunque a final de cuentas no te cases o vivas con tu pareja, la experiencia de noviazgo te pone en la antesala del matrimonio y todas sus implicaciones.
- Aprendes más de las relaciones humanas y cómo tu familia contrasta con otras al adentrarte en el estilo de vida familiar de tu pareja. Te ves obligado a desarrollar más habilidades de adaptación también, pues tú tienes que acoplarte a su familia y no al revés (y pobre de quien crea que es al contrario).
- Te ayuda a desarrollar un sentido de reciprocidad en tus relaciones. Entiendes que se trata de dar y recibir y no solo uno de los dos. Aprendes a ser más sensible tanto a las necesidades de tu pareja como a las propias y gestionar un equilibrio.
- Te facilita el que aprendas a compartir sanamente a tu pareja con el resto de la humanidad, principalmente su familia y amigos, así como cultivar tu asertividad para darte tiempo y espacio a tus demás relaciones e intereses.
- Creces y maduras emocionalmente, pudiendo pasar de relaciones y apegos infantiles, posesivos y llenos de drama a noviazgos en los que los celos, la desconfianza y la inseguridad no están al centro de la relación.
En conclusión
Entonces, como puedes ver, muchas son las ventajas de noviar, de darse la oportunidad de ser pareja de alguien que realmente te agrade. No tiene que significar que será con quien te cases. Hay noviazgos de días, semanas, meses o años, pero cada día que pases en esa relación deberá ser no solo agradable y placentera su compañía, sino una oportunidad de crecer como ser humano. Si, quizá a cambio de algunos raspones emocionales, pero ¿y quién dijo que esta vida es gratis?
*El autor es psicólogo clínico y atiende a adultos y parejas en su consulta privada. 664 331 1070