“Mi estilo lo definiría como cantabile, lo que significa que busco que cada nota fluya con la misma expresividad y suavidad que una voz humana»

Por Mónica Márquez
Con tan solo 20 años, Carlos Jamil Ayala Sánchez encontró su pasión en el violín desde niño. Ahora, mientras estudia Relaciones Internacionales en UABC, comparte su música. Para él, el violín no es solo un instrumento, sino un puente emocional que conecta con su público.
Carlos Jamil Ayala Sánchez, originario de Toluca, Estado de México, empezó en el mundo de la música a los 11 años, motivado por el gusto y la atracción que sentía hacia este instrumento desde muy pequeño, sin imaginarse que hoy se convertiría en una de sus pasiones.
Si bien, en la actualidad, se encuentra estudiando sexto semestre de Relaciones Internacionales en UABC, a la par, forma parte de una agrupación independiente de esta alma máter con sede en el Centro Estatal de las Artes, donde ejecuta el violín.
“Las mayores recompensas que me ha brindado la música han sido las experiencias vividas y una nueva personalidad”, consideró, “esto debido a que se requiere de mucha disciplina por ser una rama más complicada de adoptar, de siempre estar desempeñándose al máximo en el área”.
Sus maestros, su guía
Dijo que sus maestros Nonna Alakhverdova, Hemily Santa Ana, Jacob Tapia (maestro de la OBC) y Jason Moody son los músicos que admira, debido a que lo han forjado como músico.
Más que un género en particular, Carlos busca la quietud en cada nota. Ya sea jazz, clásica o contemporánea, su interpretación se sumerge en las profundidades de la calma, la serenidad y la nostalgia, transformando cada pieza en un viaje emocional.
“Mi estilo lo definiría como cantabile, lo que significa que busco que cada nota fluya con la misma expresividad y suavidad que una voz humana», expresó.
Emociones a través de su violín
Definitivamente, un instrumento musical es una vía maravillosa para transmitir emociones, tal como lo hace Carlos al ejecutar el violín. “Siento que mi música se conecta con la gente cuando logro transmitir esa sensación que no se puede explicar con palabras. Es como si, a través del sonido, creara un puente entre mi alma y la de quienes me escuchan».
Compartió que le gustaría convertirse en uno de los violinistas mexicanos más destacados de la historia, siento su carácter e interpretación lo que hacen único su estilo musical.
“Les diría a otros jóvenes que no importa lo que pase, las trabas, ni la situación que tengan, solo sigan luchando por lo que realmente quieren”, finalizó.