Es importante elegir con cuidado a la persona que se le puede confiar, no todas te saben escuchar sin juzgar

Por Becky Krinsky

 Contar con el apoyo y la comprensión de personas sensatas es una bendición. Poder platicar cuando se necesita claridad y paz es importante para la salud mental y emocional.

Cuando la vida se complica o se atora, contar con un par de oídos que pueden escuchar sin temor a ser juzgado o mal asesorado es un privilegio.  

Los secretos, los sentimientos íntimos y los problemas pertenecen a un corazón privado y en ocasiones lastimado o preocupado.  Hablar de cuestiones íntimas es más delicado de lo que parece, ya que un mal consejo puede tener consecuencias no deseadas y acarrear más problemas.

Muchas personas pueden ser buenos amigos, colegas o familiares; sin embargo, no todos son buenos candidatos para escuchar o ayudar a resolver problemas. Ya sea por tener intereses comunes o visiones contrarias les es difícil dar su opinión sin involucrar sus sentimientos y, sin querer, terminan involucrándose de más, juzgando o imponiendo su opinión, dan un consejo que les gustaría recibir, sin ser el consejo que uno necesita.

 

La diferencia

Hay que saber diferenciar entre quién es un buen amigo, quién puede ser un confidente y quién puede ser un buen consejero.

No todas las personas tienen la capacidad para escuchar y aconsejar con parcialidad. Es importante saber a quién se puede confiar y expresar cómo se siente, así como saber que no con todos se puede hablar de intimidades.

Cuando uno se abre emocionalmente espera que al compartir su fragilidad, reciba comprensión, compasión, ánimo y por qué no, algún buen consejo en el caso que se requiera. 

Contar cuestiones que provocan vergüenza, culpa, pena y dolor, es un privilegio que no se puede regalar a todo el mundo.

La conexión que dos personas crean cuando se comunican es el mejor remedio para combatir una depresión, una desilusión y hasta ofrece herramientas y el valor necesario para solucionar el problema que se esté sufriendo.

Sin embargo, CUIDADO, el confiar en la persona equivocada y abrirse con personas que no tienen el recurso emocional que se requiere, puede ocasionar un desastre. Hay que tener mucha precaución con quien se platica. Se pueden causar rupturas de relaciones matrimoniales, pérdidas de trabajos, malentendidos o crear un vacío emocional mucho mayor del que se tenía antes de haber iniciado la plática al expresar sus problemas.

 

¿A quién NO se le debe de platicar intimidades?

Las personas dramáticas y a las personas que les gusta sentirse víctimas. Porque en lugar de ayudar se van a preocupar más y su actitud le imposibilita entender la situación así que no son de ayuda.

Las personas que sienten lástima.  A estas personas les gusta consolar, creyendo así que te comprenden y te soban el lomo como si fueras un caso perdido, logrando que te sientas peor.

Las personas que te admiran. Cuando les cuentas tus problemas se van a decepcionar tanto de ti, que en lugar de ayudarte se van a enojar contigo y, por lo tanto, te van a criticar.

Las personas que no resisten el fracaso, ni en ellas mismas. Personas cerradas, orgullosas y prepotentes que no entienden, ni quieren escuchar cuando las cosas salen mal, porque ellos creen que nunca se equivocan.

Las personas que son competitivas y envidiosas. Estas personas solo buscan la oportunidad de comprobar con quien sea que ellos son mejor que tú y que todos, no es mucha ayuda esto tampoco.

 

La receta

Escuchar con sabiduría

Ingredientes

Compasión – valor para sentir lo que el otro siente, sin juzgar

Comprensión –  visualizar y entender a otros en su lugar y su circunstancia

Sinceridad – tener claridad y perspectiva de la realidad  

Atención –  Enfocarse en la persona y sus situación,  tratando de entender con precisión

Interés –  preocupación por el bienestar y la solución de los problemas de los demás  

Afirmación personal para escuchar 

Valoro la confianza que me han ofrecido. Cuido y respeto los problemas de los demás. Puedo escuchar con toda mi atención e interés. Trato de entender el dolor o la preocupación de otros. Escuchó sin interrumpir y trato de entender la situación sin interpretar, imponer o juzgar. Trato de utilizar la empatía, la prudencia y sobre todo la sabiduría que tengo para poder ayudar a mis posibilidades. Reconozco que un buen consejo es valioso y ser un confidente es un regalo que no se debe de compartir.

 

Saber escuchar para poder ayudar

  1.       Encontrar y hablar con la persona indicada libera, mejora el estado de ánimo y abre las posibilidades para entender mejor la situación. Cuando uno encuentra una persona con quien se puede desahogar, libera su carga emocional y se abren las posibilidades para resolver su situación.
  2.     La conexión que se logra cuando se siente empatía, permite fortalecer la confianza y se logra obtener una visión objetiva y más práctica. Cuando uno se siente entendido sin ser juzgado, puede expresarse sin miedo, fortalece el alma y mejora la calidad de las relaciones personales.
  3.     Entre mayor compasión se tenga, mayor comprensión se tendrá por los demás. Uno solo puede dar lo que conoce, lo que entiende y lo que sabe cómo se siente, entre más refinados sean los sentimientos de uno, más acertados y sinceros serán los consejos que se podrán dar.

 

Espera un momento…

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